Dañobeitia explica que siendo catequista hace más o menos 20 años, el párroco la propuso colaborar en el área de liturgia «Yo le dije que con todo no podía. Y me respondió que dejase la catequesis y me dedicase a prepararme en la liturgia, porque el tema litúrgico era prioritario. Y entonces empezamos a reunirnos en Sondika«. Txaro comenta que había dos grupos: el de catequistas por un lado, y las personas de liturgia por otro. Tuvieron un proceso común durante dos años, y después, cada cual ya se centró en su especialidad. «Y yo empecé en la liturgia. Hasta entonces, colaboraba en varias parroquias, en la de San Emeterio y San Celedonio y en la de Andra Mari, leyendo…, también en Semana Santa, leyendo la Pasión…, luego ya fue una tarea específica». Y en 1997, iniciaron la formación.
A partir de ese momento comenzaron a realizar las Asambleas Dominicales en Ausencia de Presbítero (ADAP) «y desde entonces continuamos hasta el día de hoy. ¡Son ya unos años! En Larrabetzu se aceptó muy bien el tema de las ADAP. Quizá alguna persona, alguna de las mujeres, se marchaba, pero, en general, muy bien. Estábamos muy contentas, y lo seguimos estando hoy, claro. En Txorierri, hay un cura que prepara la celebración para todas las parroquias, y luego las manda, y si necesitamos cambiar algo, adaptar algo, lo hacemos. Porque cada parroquia tiene sus particularidades».
«Para mí -concluye- es hacer comunidad. Es muy importante para mí hablar con las personas, así como la proximidad, la cercanía…»
