Para Manuel de Jesús Heredia, delegado de Misiones en Bizkaia, «El mundo se nos ha venido haciendo cada vez más pequeño. Nuestra mirada -dice en su mensaje para la jornada- se centra hoy en lo cercano y urgente. La catolicidad, el ser parte de la Iglesia universal, ha pasado a un segundo plano. Sin embargo, hablar de Misión es hacerlo de la propia esencia de nuestro ser cristiano. La Iglesia, Pueblo de Dios, o es misionera o no es Iglesia».
Voces del Sur
Consuelo Pillajo, hermana marianita natural de Ecuador y misionera en Kaikor-Kenia, trabaja en Turkana, «es una provincia de Kenia, donde los habitantes son nómadas donde las la temperatura pasan de los 40 grados. No hay ríos, el agua se consigue solamente cavando pozos. La vegetación se produce solamente con el agua del pozo. No podemos exigir que haya vegetación porque el pozo de agua que se hace alimenta o da de beber a muchas familias».
Las hermanas llegaron en 2007. En una realidad muy dura en una zona muy desértica. «Y ahí hemos seguido trabajando en diferentes proyectos desde diferentes ámbitos. La población depende solamente de ayudas humanitarias o son nómadas, se mueven con las cabras buscando alimentos. Un doctor que fue en noviembre me dijo ‘todavía estoy en la prehistoria'».
Explica que allí, lo primero es solucionar el problema del agua porque es la necesidad básica. «Hemos conseguido ayudas y muchas desde España. Con el agua hemos comenzado a construir las guarderías con actividad educativa y con programas de alimentación más para niños de dos a siete años porque las familias no tienen la comida. Con los pozos de agua hemos desarrollado unas pocas huertas, donde lo que más se planta es la calabaza y la sandía, que tienen pieles duras y pueden resistir a los insectos, porque ahí como es la única parte verde que crece, todos los insectos aprovechan».
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