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13.12.2018
En Orán

Comunión y fraternidad en las beatificaciones de las religiosas Esther Paniagua y Caridad Álvarez

Este pasado fin de semana fueron beatificados monseñor Pierre Claverie -obispo de Orán- y 18 religiosos y religiosas, asesinados en la década de los 90 en Argelia. En el grupo había dos agustinas misioneras españolas, Esther Paniagua y Caridad Álvarez. Parte de la familia de Esther Paniagua reside en Bizkaia y una de sus sobrinas, Esther Crespo, que asistió al acto, a su vuelta relata lo que ha supuesto para la familia la experiencia vivida “descubrir la tarea y la misión que hacen allí las monjas, que permanecen desde hace más de 60 años, donde mi tía Esther y su compañera Caridad, también estuvieron trabajando durante largos años”.

Actualmente, las agustinas que permanecen allí, son 8 y viven en dos comunidades. Las más mayores, llevan en Argel casi 50 años. Esther Crespo, explica que allí han conocido los lugares por donde transitaban, “la casa donde vivió mi tía, la capilla donde celebraban la fe, el hospital en el que trabajó, el centro de apoyo escolar y centro de promoción para la mujer que tienen en el barrio de BAD-EL-OUED…”. Esther destaca que han sido días muy intensos, “de muchas emociones, de momentos de fraternidad, de celebración de la fe, de oración, de conocer a nuevas personas, a gente argelina que les quería y que les ayudaba y les siguen ayudando y apoyando”.

La celebración de la Beatificación en Oran

El sábado día 8 de diciembre era el día señalado para la beatificación en Oran, en el Santuario Nuestra Señora de Santa Cruz. “fue una celebración especial…, porque era una celebración católica en un país musulmán y con la presencia importante de Imanes, de gente europea, de gente musulmana, de gente de otras regiones de África…, Es decir “católica sí”, pero con un claro sentido de comunión y de fraternidad”. Se desarrolló en francés mayoritariamente, exceptuando algunos cantos que fueron árabe, en la lengua de Burundi; la profesión de fe en latín y una lectura en español. “Esa lectura estaba asignada para que la realizará alguna de la congregación de las religiosas agustinas misioneras de la congregación de mi tía, pero, una de ellas, se dirigió a mí, y me pidió que la proclamara yo, como sobrina suya, así que allí me lancé, sin pensarlo mucho y me atreví a proclamar la 2ª lectura. La verdad que fue emocionante y lo viví con agradecimiento”. Esther resalta que en esta beatificación católica en un país musulmán se vivió la comunión y la fraternidad “el respeto a todas las creencias y a las culturas allí presentes”.

A su vuelta afirma que, en cierta medida, “cierran un capítulo” ya que han estado en Argel y han conocido la realidad, al pueblo, los lugares donde su tía vivió su misión de manera apasionada y con total entrega; y, “quizá, hemos entendido mejor su misión. Creo que también nos ha servido para cerrar esa herida que todavía permanecía en el interior de nuestros corazones, sabiendo que ella fue feliz allí. Que su vida tuvo sentido y que sus opciones fueron fuertes. que en medio de la dificultad y sabiendo el riesgo que corrían decidieron permanecer allí, junto a su gente, junto al pueblo argelino”.

Este próximo sábado 15 de diciembre, viajarán a León para participar en la Eucaristía de Acción de Gracias por las beatificaciones que tendrá lugar en la catedral.