“No queremos acostumbrarnos”

La semana pasada tuvo lugar un hecho, que no dejó impasible a las organizaciones de la Iglesia católica en España y en Marruecos involucradas en la acogida, acompañamiento y defensa de los derechos y dignidad de las personas migrantes. Publicaron una nota, a la que también se ha adherido la Delegación de Caridad y Justicia de la Diócesis, en la que denunciaban la situación de cientos de subsaharianos en los montes próximos a Melilla “para ser objeto de traslados forzosos y abandonados luego a su suerte; de prácticas ilegales en las fronteras, que lesionan derechos y que son cuestionadas por instancias de la Unión Europea”.
En este sentido, las organizaciones firmantes alertan a la ciudadanía, “especialmente a la comunidad cristiana” a recordar que quienes vemos en las noticias “son hermanos nuestros”.  Del mismo modo, instan a no permanecer indiferentes ante el goteo incesante de dolor e injusticia. Alientan a mantener “viva la llama de la acogida y la hospitalidad”.
“¿Qué has hecho con tu hermano?”
Son muchos los sucesos abominables que se producen en el mundo diariamente y que interpelan a los cristianos a no permanecer indiferentes ante tantas barbaridades. Este fin de semana asistíamos, por ejemplo, a la masacre realizada contra 21 egipcios coptos en Libia por parte del Estado Islámico. El papa recordaba ayer que “han sido asesinados por el mero hecho de ser cristianos”. La amenaza mortal que sufren las minorías cristianas en África o Asia es una de las prioridades de la Santa Sede.
El papa Francisco insiste, además, en la denuncia sobre lo que denomina “la globalización de la indiferencia” y pide que “a nadie le falte el socorro necesario” ante situaciones dramáticas como las vividas estos días en aguas del Mediterráneo donde murieron más de 200 personas intentando atravesar el Canal de Sicilia.