Trabajos en Beneficio de La comunidad

 
Las sanciones y medidas penales tienen como objetivo final la reeducación y reinserción social. Pero, tal y como relata Blanca Esther Iriarte, la responsable de la pastoral penitenciaria de la diócesis, “también es verdad que la privación de libertad no es en todos los casos la medida más adecuada”. Ante esta realidad, están cobrando cada vez más relevancia las alternativas a las penas de prisión. Una de estas, se basa en realizar trabajos en beneficio de la comunidad.
Las labores que llevan a cabo las personas sometidas a estas tareas  son útiles y prácticas pero no remuneradas. “Además – añade Blanca Esther-no sustituye puestos de trabajo en el mercado laboral y debe compaginarse con las obligaciones laborales de quien cumple la medida”.
La labor sustitutoria a la prisión es de una duración determinada y pretende reparar los daños causados por la infracción penal. La comunidad es la “beneficiaria directa, en todos los casos, de las tareas que realizan las personas que se acogen a este programa”, explica Blanca Esther.
Desde 1995
La pena de trabajos en Beneficio de La comunidad ha conocido una progresiva consolidación en el ordenamiento punitivo, desde su introducción en el Código Penal de 1995. Tras una primera etapa de aplicación más bien escasa, diversas reformas legislativas de los años 2003, 2004 y 2007 han intensificado de manera muy significativa su presencia cotidiana en los juzgados y tribunales del orden penal, en particular en relación con delitos contra la seguridad vial y de violencia doméstica y de género.