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20.11.2014

Parroquias pequeñas, generadoras del diálogo con la sociedad

Ayer finalizó la Semana Pastoral organizada por el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral dedicada a reflexionar sobre las transformaciones de las pequeñas parroquias. Cuatro contertulios contaron en primera persona su experiencia en las zonas de Santutxu, Barakaldo periférico, Trutzios y Matiena.

«El dinamismo se transmite y, por lo tanto, hay que cuidarlo», fue una de las cuestiones que reclamaron los participantes en la mesa redonda, moderada por el cura Xabier Eskauriatza.
La Mercedaria de Berriz Maribi Uribe, referente parroquial de Matiena, se refirió a la importancia de sentirse comunidad y de transformar las parroquias pequeñas en grupos dinámicos y activos que participen en tareas que propicien el diálogo con la sociedad. “Tenemos que oxigenar las comisiones parroquiales”, matizó.
La cercanía que se respira fue una de las características positivas que apuntó Fernando Marcos, del equipo ministerial de Barakaldo periférico, al hablar de la realidad que se vive en las parroquias pequeñas comparándola con las más grandes. Apostó también por “invertir tiempo” para estar con la gente, ya que es una manera muy importante de integrarse en el ambiente de cada lugar.
Restos y residuos
Citando lo nuclear de la charla de comienzo de curso de Francesc Ramis, el moderador preguntó a los participantes sobre si los creyentes son residuo o resto en esta sociedad. José Ramón Mendiola, del equipo ministerial de Santutxu, no dudó al afirmar que “somos residuo, pero gracias a Dios, todavía quedan algunos restos que es necesario cuidar”.  En este sentido, se habló de las parroquias pequeñas como “lugares de esperanza” desde donde “sabiendo lo que somos” se puede llegar a diferentes ámbitos de la sociedad.
Pepita Larrauri, referente parroquial de Trutzios, se refirió a casos concretos que tienen que resolver a diario en una zona donde a la avanzada edad de los feligreses hay que añadirle otros hándicaps como son las grandes distancias entre parroquias y la falta de transporte. “De todas formas vivimos la cuestión con esperanza, porque una vez que toquemos  fondo sólo nos queda subir”, dijo. Pepita arrancó más de una carcajada al público en sus intervenciones y dio muestras de su buen humor. No obvió algunas cuestiones como la referida a la disminución de curas y la asunción de responsabilidades por los laicos y preguntó: “¿pero hay laicos en nuestras comunidades?”. Cuestión esta que se tendrá que ir respondiendo durante este año de reflexión sobre el presente y el futuro de la Diócesis de Bilbao.
 

Los participantes en la tertulia.