El Secretariado de Juventud analiza la participación en Plataformas y convocatorias misioneras

En la formulación del objetivo general de las ODPJ aparece: “Transmitir la experiencia de fe al joven, para lograr una identidad cristiana y eclesial bien asentada, que suscite su servicio a la construcción del reino de Dios”. Y de ahí, se desprende entre otros el siguiente objetivo especifico: “Impulsar convocatorias y plataformas misioneras para llegar a jóvenes alejados”

Como conclusión de esta reflexión, LOS PRINCIPIOS GENERALES que han analizado han sido: Que hay que estrechar una línea continua de trabajo entre pastoral de juventud y pastoral familiar; Que en el trabajo, con la pastoral vocacional, se tenga presente la actitud misionera; Potenciar itinerarios diferenciados, atendiendo las diversas circunstancias e itinerarios de los jóvenes; Cuidar y prestar atención al camino (proceso) tanto como a la “meta”; Acoger a los y las jóvenes como personas, desde su dimensión antropológica, para posteriormente dar el paso a la dimensión cristiana, teniendo en cuenta que para convocar a lo trascendente se debe posibilitar primero el encuentro con “lo humano”; Que todo lo que se promueva sea desde la actitud misionera, educando en experiencias, teniendo claro que estos procesos son más lentos y requieren de mucha paciencia pastoral; Creer que Dios ya está actuando en los y las jóvenes, ayudar a descubrirlo y descubrírselo y cuidar y practicar la gratuidad como forma de relación con los y las jóvenes.

Las ACCIONES PRIORITARIAS A REALIZAR que han señalado han sido: Socializar experiencias piloto misioneras que se puedan estar realizando en algunos lugares y que se posibilite que todos y todas las conozcan; crear una comisión para preparar y adecuar lo celebrativo a los jóvenes de que están en los grupos (es necesario actualizar el lenguaje, para que sea comprensible por ellos y ellas); Cuidar la dimensión oracional, ayudando a los jóvenes a releer el evangelio y explicitar el mensaje de Jesús que aparece contenido en los mismos; Gastar mucho tiempo en el acompañamiento personal con los y las jóvenes; Reforzar el trabajo común que se ha iniciado con los centros educativos; Cuidar los equipos de monitores, tanto o más que a los chavales que estos acompañan; Promover la convocatoria también desde la propuesta de experiencias de voluntariado y hacer esta reflexión que se ha hecho en responsables con los monitores y monitoras que acompañan directamente a los jóvenes.

Por último, las DIFICULTADES con las que se han encontrado, han sido: que no existen itinerarios diversificados que ofrecer a los diversos grupos de jóvenes; que este tipo de convocatorias conlleva una gran exigencia e implicación personal; que se encuentran con pocos recursos humanos haciendo muchas actividades, y quizá, sin demasiado tiempo para poner en práctica este tipo de convocatorias; y que, en los tiempos actuales, a veces se hace difícil de comprender por los jóvenes, los mensajes sobre ciertas normas morales.