La primera persona acogida entró al piso en verano de 2007 y tras diez años, han sido casi medio centenar los jóvenes que han compartido el día a día en la casa. El religioso Koldo Katxo, uno de los impulsores de la iniciativa, se muestra “muy contento” por la experiencia. Resalta que la casa “no es un albergue gratuito. Quiere ser un hogar para estas personas que desean compartir vida con una comunidad”. La media de edad de los religiosos de Jesuiten Etxea es de unos 75 años y comparten los quehaceres diarios y el proyecto que gira en torno a la Casa. “Hay un buen grupo de personas voluntarias que les dan a los acogidos y, a otros muchos inmigrantes, clases de lengua”. Además, reciben también formación profesional en el municipio. Y es que la colaboración en red que se ha establecido en Durango en torno al proyecto “es fundamental”. El Colegio y las asociaciones del entorno social como Etxepel (Cáritas) o JAED acompañan a los jóvenes en su itinerario.
El futuro
Para Koldo Katxo asegurar el futuro del proyecto tiene que ver, entre otras cuestiones, con “la viabilidad económica” que en este momento se salvaguarda por entidades privadas. En la casa conviven la misma comunidad que comenzó hace 10 años y no se vislumbra relevo generacional, por lo que los religiosos confían en que “los laicos que colaboran asuman un papel mayor porque siguen llamando a nuestra puerta y nosotros se la abrimos”.
07.12.2017
Décimo aniversario de Jesuiten Etxea, en Durango
Mañana, día 10, el proyecto de acogida, acompañamiento y formación de inmigrantes y refugiados, Jesuiten Etxea de Durango, cumple 10 años. La eucaristía de celebración del aniversario, presidida por el obispo Mons. Mario Iceta, será a las 10:30 h. Durante esta década han pasado por la casa de los jesuitas 49 inmigrantes y refugiados.
