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18.08.2011

Emprendedoras con corazón

Salir de la precariedad laboral, la economía sumergida y el círculo de las ayudas sociales sigue siendo posible a pesar de la crisis. Un ejemplo de ello es Zaintzalan, una cooperativa de iniciativa social que ofrece atención y cuidado a personas y que, precisamente, echó a andar el año pasado en plena recesión. En esta misma página web dimos cuenta del nuevo servicio el mes pasado, hoy nos hacemos eco de la noticia que han publicado en la web de Goienkarterriak.

Las emprendedoras son siete mujeres procedentes del programa de empleo de Cáritas. Todas menos la gerente coordinadora de servicios, Inés Jiménez, habían trabajado sin contrato dentro del servicio doméstico o estaban recibiendo ayudas para poder llegar a fin de mes. Desde Cáritas enseguida apostaron por esta iniciativa. Es, dicen, «una herramienta de inserción social y laboral que genera empleo digno y de calidad». 
Para Inés Jiménez, la formación es uno de los puntos fuertes de la cooperativa. «Todos conocemos la problemática del servicio doméstico. A esto se suma que la crisis ha disparado el número de personas que se dedican al cuidado o asistencia domiciliaria sin la formación adecuada y sin mucha seguridad. Nosotras ofrecemos precisamente trabajadoras formadas y la garantía de que se van a cubrir las necesidades de la persona que solicita nuestros servicios». 
«Nuestra tarea fundamental es hacer que las personas que estén bajo nuestros cuidados tengan todo aquello que haga que su vida siga siendo lo más íntegra y placentera posible, orientando nuestro servicio a aumentar su calidad de vida», afirma la coordinadora de servicios en Zaintzalan. Sin duda, esa mayor calidad de vida redunda también en toda la familia, cuando la hay, porque «pueden estar tranquilos de que el servicio efectivamente se va a cumplir y se olvidan de todos los trámites legales: contratos, pago de salarios, etc». 
Especial dedicación a las personas dependientes
Zaintzalan está abierta a toda persona que quiera contratar sus servicios, aunque está especialmente volcada en las personas con algún tipo de dependencia. Esto incluye a los mayores, pero también a niños, personas con algún tipo de discapacidad, drogodependientes, etc. «No sólo atendemos a personas mayores, sino a todas aquellas que ,en un momento dado, necesiten ayuda porque no pueden valerse por sí mismas».
Inés Jiménez incluso avanza que la cooperativa va a ser pionera en introducir en el mercado de los servicios de proximidad la figura del asistente personal, aquel profesional que acompaña a una persona dependiente a fin de que pueda hacer una vida lo más normal y autónoma posible. «Es una figura muy poco extendida todavía aquí y nosotras, desde Zaintzalan, ofreceremos este servicio». 
Desde su puesta en marcha en marzo del año pasado, Zaintzalan ha ido creciendo sin prisa, pero sin pausa. Inés Jiménez considera que «cada vez más las personas se convencen de que es preferible pagar un poco más, pero tener un servicio con personal formado profesional y humanamente».