“En BIDESARI creemos en las segundas oportunidades”

Oscar Jiménez inició su presentación del acto mostrando agradecimiento a las instituciones que les han apoyado durante su andadura y que estaban allí representadas: Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia e Iglesia Diocesana de Bizkaia.
El director de Cáritas Carlos Bargos, destacó que el mérito de Bidesari de Pastoral Penitenciaria es enorme “Contamos con todos vosotros. Eskerrik asko”, les dijo. Bargos también mencionó una campaña realizada por Cáritas hace un tiempo centrada en las personas privadas de libertad “Más allá de la justicia” era el lema de dicha campaña con la que se pretendía visibilizar estas situaciones.
Los representantes institucionales que acudieron: el consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco Ángel Toña Guenaga y la directora de Inserción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, Mercedes Muñiz Estancona, agradecieron a Bidesari, a sus voluntarios y también a la Iglesia de Bizkaia su apoyo y su ayuda a las personas privadas de libertad y su compromiso con las personas más desfavorecidas.
El Obispo de Bilbao, mons. Mario Iceta dijo que el papel de la Iglesia nunca es juzgar y recordó las palabras del Papa Francisco “¿Quién soy yo para juzgar?”, el papel de la Iglesia, dijo el obispo, “es acoger, invitar a la comprensión, educar, acompañar. Es hacer crecer, porque la vida de las personas es tremendamente compleja”, añadió. Concluyó su intervención con una frase de Santa Teresa de Jesús cuyo V Centenario celebramos este año “Es tiempo de caminar”. El obispo, a las personas que se asoman a la libertad después de un periodo privadas de libertad, les diría: “Es tiempo de caminar, no está la vida perdida es tiempo de comenzar una vida ilusionante y llena de esperanza”
Los ponentes del acto, que tuvo lugar en Berrikuntza Faktoria, fueron Galo Bilbao Alberdi (Profesor de Ética) y Juanjo San Sebastián (Alpinista vasco) y estuvo moderado por Belén Rodero, delegada diocesana de Caridad y Justicia.
Galo Bilbao
Galo Bilbao comenzó desarrollando cuatro afirmaciones: Somos lo que hacemos, pero nada de lo que hacemos nos identifica definitivamente; Todos estamos condicionados por el contexto, por la educación, por nuestra vida, pero ninguno estamos determinados; La dignidad no depende de nuestro comportamiento y; la común condición humana: todos aspiramos a ser felices, todos cometemos errores, todos somos valiosos, todos somos agentes morales, autónomos “desde ahí –dijo Bilbao- es donde me reconozco en esos otros que son tan distintos a mí y que parece que han llevado una vida tan diferente a la mía. Una vida equivocada y sin embargo a pesar de eso, sigo diciendo vosotros sois de los míos”.
Habló de la figura del perdón “pues aunque esto es lo que te tocaba yo te perdono” y de la reinserción social “la sociedad está comprometida a que el castigo que impone a quien se desvía de la conducta o de la norma tiene que servir para reinsertar, para recuperar para la sociedad a la persona”. También “de la segunda oportunidad”, que si todos aspiramos a la felicidad es razonable que aspiremos a que el sufrimiento sea el menor posible, “puede ser una actitud ética caminar por la vida intentando reducir el sufrimiento”, destacó.
Bilbao concluyó su intervención diciendo “quienes no somos ni victimarios ni víctimas ponemos todo lo que podemos, sabemos y somos para hacerlo posible para que esos sueños no sean ensoñaciones, sean una realidad y nos despertemos de la pesadilla que supone no reconocer la dignidad de los seres humanos”.
Juanjo San Sebastián
Juanjo San Sebastián habló “de sensaciones” de “objetivos que merecen la pena y nos provocan la incertidumbre de si seremos capaces o no de llevarlos a cabo”. Narró su historia, de la montaña, de sus experiencias “esas eran las cosas que yo quería hacer. Pensé durante muchos años que las montañas eran el fin -el objetivo-”, dijo. “Me di cuenta de que el esfuerzo era importante no solo para subir montañas sino también para la vida en general”.
Toda su intervención estuvo ilustrada con imágenes de su vida deportiva, montaña, vuelo… San Sebastián también recordó la época en la que no le importaba que todo aquello que perseguía fuera inútil para otros” y que los objetivos no son los mismos según el camino que haya recorrido cada uno.
Habló también de los momentos fugaces de felicidad que dan sentido a la vida y de que es bueno que cada uno recorra su camino, que cada uno haga su viaje…