En memoria de Alejandro Labaka e Inés Arango

El 21 de julio de 1987, el obispo capuchino Alejandro Labaka y la hermana Inés Arango, dos misioneros en la Amazonia ecuatoriana, fueron asesinados por las lanzas de los nativos huaorani. Frente a la explotación de los recursos naturales de parte de las grandes compañías petroleras, el obispo había priorizado la vida de las personas y defendido con coraje los derechos de las minorías indígenas. Paradójicamente, los indígenas, que se sentían acorralados, mataron a los dos misioneros que les ofrecían su apoyo.
Ambos serán recordados mañana (en dos sesiones: 10.30 y 19.30 h., en Barria, Plaza Nueva, 4, Bilbao)
Monseñor Labaka había nacido en Beizama (Gipuzkoa) el 19 de abril de 1920. Marchó al Seminario de Alsasua, Capuchinos, a sus doce años. Tras cursar 5 años de humanidades (bachiller) pasó al noviciado de Sangüesa, el 14 de agosto de 1937. Profesó al año siguiente y se hizo capuchino. Fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1945. En 1946 fue de misionero a Pingliang, China, donde permaneció hasta 1953. Tras un año en España fue enviado misionero a Ecuador, a la selva del Aguarico. Allí permaneció 33 años entre tribus indígenas y consagrado obispo de la misión del Aguarico, Ecuador. Tras varias intentonas de entrar en una tribu aislada, inaccesible hasta entonces, decidió él mismo, con la hermana Inés, aterrizar y entrar hasta el campamento de los Tagaeri. A los tres días volvió la avioneta. Aparecieron sus cadáveres en una senda alanceados.
En el acto intervendrán Fidel Aizpurua y José Miguel Goldaraz. Aizpurua es capuchino y teólogo, con una importante labor docente a sus espaldas en teología bíblica en Vitoria y San Sebastián y Goldáraz, ha luchado incansablemente en la Amazonía Ecuatoriana desde hace 40 años, contra la explotación petrolera, el monocultivo de palma africana y la violación de los derechos indígenas. Ha organizado resistencias, luchas, paros, huelgas, asambleas, todo en favor del territorio indígena y de su cultura. Goldaraz, además, era amigo del fallecido Monseñor Alejandro Labaka.