“En Perú hay minas de oro y plata, pero no chorrea el dinero para la gente”

¿Qué momentos destacarías de tu estancia en Perú?
Llegué con mucha ilusión, pero mi primera pregunta fue ¿qué puedo hacer yo aquí? Al principio me asusté, pero con la ayuda de dos de mi grupo y de un joven cura comenzamos, primero a realizar cosas sencillas como impartir clases. Más tarde comenzamos a animar a la gente para que bajara del monte y construyera sus primeras casas para que dispusieran de agua y luz. Se montaron unos grupos de trabajo. En este primer destino estuve durante cinco años. Tuvimos un gran disgusto porque un camión atropelló y mató a una voluntaria de Santander de 24 años. Fue un golpe fuerte para todos, pero sirvió para que muchas personas se solidarizaran con el proyecto y comenzaron a enviar dinero desde Santander. De este modo, pudimos construir escuelas y comenzamos con las tareas pastorales.
En Alto Trujillo,¿comienza la relación con la ONG Círculo Solidario?
Sí. Trabajan a nivel social, sobre todo con las mujeres, porque la situación de las mujeres allí es denigrante y la de los niños y niñas tampoco es mejor. Durante los últimos años he vivido en la zona de Buenos Aires, aunque realmente son Malos Aires, por la situación de pobreza en la que viven. Las últimas inundaciones han arrasado 700 casas.
¿Ha mejorado algo la situación durante estas dos décadas?
Se puede decir que han mejorado, sobre todo en lo macroeconómico. Hay minas de oro y plata, pero las están explotando empresas extranjeras y a la población no le llega nada. Un 65 % trabaja en precario. En los últimos cinco o seis años han abierto varios supermercados en las zonas mineras, pero a la gente no le `chorrea el dinero´. Han abierto farmacias más cerca de las poblaciones, pero las medicinas son demasiado caras. En el tema sanitario la situación es muy mala.
¿Cuál es la realidad tras las inundaciones?
Han sido mucho más fuertes que las del 98. Es sabido que el fenómeno de El Niño es cíclico y vuelve cada cierto tiempo, pero las autoridades no hacen previsiones en ese sentido. Han estado 25 días sin agua y sin luz y algunas personas han vuelto a construir casas en el cauce del río aunque las autoridades les hayan advertido que puede ser peligroso.
¿Disponéis de ayuda de los jóvenes?
Todos los años vienen a Alto Trujillo algunos jóvenes de la asociación Bilbotik Perura. Considero que es importante su ayuda y también es una experiencia muy enriquecedora para ellos. Muchos prosiguen con las acciones solidarias cuando vuelven a casa.