Encarna Tapia emprende una nueva etapa en Zaragoza

Encarna Tapia se muestra ilusionada ante la nueva etapa que le tocará vivir a partir de septiembre. Los últimos años han sido intensos, porque ha estado al cargo del Centro de Espiritualidad, pero al mismo tiempo los califica como gratificantes, ya que le “han aportado mucho” y ha conocido más a sus hermanas. “Es una riqueza, que nos favorece a cada una como personas”.
En el Centro de Espiritualidad de Begoña conviven seis religiosas de diferentes edades, pero mantienen mucha relación con las hermanas de Amorebieta y con las del centro de Venerables. Encarna ha vivido varios encuentros con ellas a lo largo de este año “porque estamos celebrando el bicentenario del nacimiento del Padre Fundador, Francisco Palau Quer, y el 150 aniversario de la fundación de la orden”. A propósito de las efemérides, las Misioneras Teresianas, han programado diferentes actividades durante el 2011.
Encarna se irá a Zaragoza a finales de mes para hacerse cargo de la Escolanía del Pilar. Allí compartirá experiencias con 20 niños que conviven en régimen de internado junto con otras seis hermanas. “Es algo nuevo, pero lo afronto con ilusión”, comenta. Añade que ella realizará las labores de dirección pero habrá una superiora. “Hasta ahora, estos niños convivían con otras religiosas de una congregación americana. A partir de septiembre nos vamos a encargar de su educación”. Son niños con edades comprendidas entre los 6 y 12 años que provienen, en su mayoría, de familias desestructuradas. “Algunos van a dormir a sus casas, y otros viven en la misma comunidad. Nuestra función principal es la de conseguir que esos niños tengan un hogar y se sientan acogidos y amados”.
Para Encarna comienza una nueva etapa “llena de esperanza” mientras, en el Centro de Espiritualidad de Begoña, esperan a la nueva superiora porque “el proceso se está amasando y todavía no sabemos quien me va a sustituir”.
Escolanía del Pilar
El Colegio-Escolanía de Infantes es una de las instituciones musicales más antiguas de Aragón.
La notoriedad de los “Infantitos” –así son conocidos popular y cariñosamente-, como institución organizada, se remonta al siglo XVII. Sin embargo, es a finales del siglo XV cuando empiezan a tomar auge las capillas de música en las Catedrales. 
Todos los días, a las 9 de la mañana, los Infantes cantan y ayudan en la Misa Conventual. En el acto mariano de la tarde, cantan la Salve y los Gozos de la Virgen. Cada domingo, a las 7 de la mañana, cantan la tradicional “Misa de Infantes”. También pasan a los niños por la imagen de Nuestra Señora, y acercan hasta su manto los distintos objetos que los fieles traen para rozarlos en su orla.