Guía de recomendaciones para morir bien

¿Qué valoración realizas de la experiencia vivida a la hora de preparar la guía?
Creo que he sido una afortunada porque  han participado personas con una gran experiencia en el final de la vida, cada una en su ámbito: asistencia social, medicina paliativa, enfermería, sociología,  centros residenciales, departamento de valoración de la Diputación… Personas que trabajan cada día con esta realidad y de las que he aprendido mucho, personas muy implicadas, motivadas y empeñadas en favorecer y facilitar el proceso de salir bien de la vida.
¿Sigue siendo un tabú la muerte?
Creo que sí. Hablar con alguien de su final nos enfrenta con el nuestro y esto, normalmente da respeto y miedo. Es importante acompañar, escuchar, aprovechar las oportunidades que las personas mayores dan, bastante a menudo; para despedirse, contar que es lo que quieren y lo que no, cómo les gustaría que fuera… Pero en bastantes ocasiones no estamos preparados y salimos corriendo, esquivamos el tema y perdemos las oportunidades.
¿Cómo se procura la atención adecuada a la espiritualidad religiosa desde la Diócesis?
La atención espiritual y religiosa de las personas mayores va siendo poco a poco una preocupación importante para cada vez más personas en la Diócesis. Tanto desde la pastoral de la tercera edad, como desde la pastoral de la salud, el área de mayores de Cáritas, y por supuesto el propio movimiento diocesano Vida Ascendente – Bizian Gora procuramos atender esta realidad, estando presente, acompañando, escuchando, ayudando a hacer el relato de la biografía personal. También se está realizando un esfuerzo importante en todo lo que tiene que ver con la formación de las personas que acompañan, que ayudan a otras a salir de la vida.
¿Qué muestran las conclusiones del trabajo?
En nuestro entorno hay un avance significativo en el desarrollo de los cuidados paliativos en los pacientes diagnosticados como terminales, fundamentalmente pacientes oncológicos. Pero en las conclusiones se apunta que hay que encontrar el camino para atender correctamente a mayores con enfermedades crónicas graves o de larga duración, teniendo en cuenta su proceso de deterioro progresivo.