Nicolás García Urriz, actualmente jubilado, vivía desde hacía varios años en la residencia de Venerables en Begoña, junto a otros compañeros presbíteros también jubilados. Su vida como cura fue “vida de parroquia”, explica su compañero José Ángel Ubieta quien resalta que Urriz era “muy apreciado y aceptado” allí donde estuvo y que como compañero “fue un hombre muy cercano, amable y muy positivo también en sus juicios”. Nicolás se adaptó muy bien a los cambios tecnológicos y “tuvo el valor de seguir trabajando y actualizándose hasta el final. La comunicación fue un tema que le interesaba mucho».
A Nicolás también le gustaba, siempre que podía, asistir a celebraciones y actos junto a sus compañeros –ordenaciones, aniversarios…- En la última fase de su vida fueron creciendo las dificultades de andar y comunicarse, pero aun así no perdió la ilusión de acudir, incluso en silla de ruedas.
Un poco de historia
Nicolás García Urriz nació en Bilbao el 10 de septiembre de 1928 y fue ordenado presbítero el 28 de junio de 1953 en la catedral de Santiago. Desde 2003 estaba jubilado.
Su formación fue en la época del Seminario de Vitoria. Su primer destino como presbítero fue de coadjutor en Dima, posteriormente fue destinado a Iurre, primero como coadjutor y posteriormente como párroco. Durante un tiempo fue encargado provisional de Aránzazu y miembro del equipo presbiteral de Otxarkoaga y Txurdinaga. Su último destino hasta su jubilación fue en Gorliz como administrador parroquial.
Goian Bego
