Ha fallecido Pedro Mari Zalbide

Pedro Mari Zalbide era desde 1996 y hasta el momento actual el consiliario diocesano de Vida Ascendente en Bizkaia. Precisamente, el pasado miércoles, día 11, participó en la primera Asamblea Diocesana del curso de dicho movimiento, en la que se presentaba a su sucesor en la consiliaría -el presbítero diocesano Juan Angel Axpe-.  
Cura, escritor, profesor…
Pedro Mari Zalbide formó parte del equipo del departamento de Medios de Comunicación de la Diócesis hace varias décadas. Además, ha escrito varios textos en la revista diocesana “Comunicación/Alkarren Barri” a lo largo de sus 25 años de historia y colaboró en diversos programas de radio (Radio Popular, Radio Nacional,..). Zalbide fue, además, autor de numerosos libros, entre ellos “Formación religiosa” (1976) “Al borde de las cosas” (1979), «El adolescente y Jesús de Nazaret” (1983), «El adolescente y la Iglesia» (1984) “El adolescente y el mundo” (1985) “Ética personal” (1989) o “La felicidad no es cosa de tontos” (1997) por citar algunos.
Pedro Mari Zalbide, nació en Barakaldo el 8 de marzo de 1940. Se ordenó presbítero en Valladolid, en 1964, y se incardinó en nuestra Diócesis en 1967. Su primer destino tras su ordenación sacerdotal fue el de coadjutor de Portillo (Valladolid) y su primer destino en nuestra Diócesis, el de coadjutor de Santa Teresa de Barakaldo. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca, donde estudió en el periodo (1970-72), regresó a la Diócesis y fue nombrado párroco de Trucios, en 1973. Ejerció profesor en la Escuela de Maestría de Atxuri, entre los años 1972-78 y, posteriormente fue auxiliar, moderador y párroco, en Santa María de Iturribide y miembro del equipo presbiteral de dicha parroquia y de San Francisco de Paula, así como vicario parroquial de Ntra. Sra. de Covadonga en Santutxu.
Además de su cargo como consiliario diocesano de Vida Ascendente, Zalbide ostentó ese cargo a nivel nacional durante varios años. Al aceptar su nombramiento Pedro Mari decía “en mi corazón, en estos momentos, se dan cita la ilusión y la responsabilidad, las ganas de trabajar y el temor a no cumplir adecuadamente con la misión que se me encomienda. Acepto el cargo con mucha ilusión, con toda disponibilidad y con una cierta dosis de nerviosismo propio del principiante”.
Fue un hombre polifacético, muy ilusionado con su trabajo y permaneció al pie del cañón hasta el final, prueba de ello es su asistencia a la Asamblea de Vida Ascendente la pasada semana, de la que informábamos en esta misma web y mostramos una imagen junto a estas líneas. QEPD Pedro Mari