23-11-2024 Sábado, XXXIII semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Portada 5 “Hemos tenido que dejar la Casa por falta de personal”
09.08.2013

“Hemos tenido que dejar la Casa por falta de personal”

La Casa de la Misericordia rindió ayer, en la celebración del Día de San Mamés, un sentido homenaje a las religiosas que han estado atendiendo a los residentes durante tres décadas. Las Siervas de Jesús han dejado la obra social, en junio de este año, por carecer de suficiente personal. La miembro del Consejo General y Encargada de Formación de la congregación, sor Adelaida Fernández, da cuenta de la situación actual del Instituto.

Después de tantos años de servicio dejar la Casa, ¿habrá sido una decisión difícil?
Ciertamente, como responsable de las casas del País Vasco y tras varios años de lucha entre lo que queríamos  y lo que podíamos, tuvimos que tomar esta dura decisión. Cuando verdaderamente hay una necesidad, como es el caso, no es fácil marcharse. Actualmente tenemos jóvenes en el Instituto que podrían realizar esta labor pero, necesitan formarse. Hemos de seguir adelante y pedimos a Dios que surjan jóvenes consagrados o laicos dispuestos a seguir llevando estas obras sociales, que hacen falta en la Iglesia de hoy.
Su misión principal es la de atender a los enfermos en sus domicilios, ¿no es así?
Así es pero, nuestra Madre Fundadora: Santa María Josefa, legó una guardería en Tolosa y una residencia para la Tercera Edad en Castro Urdiales. Las alrededor de 900 religiosas que formamos el Instituto proseguimos con esta labor.
Y en nuestra Diócesis, ¿dónde realizan su misión las Siervas de Jesús?
Somos unas 70 religiosas en Bilbao repartidas en cuatro centros. En la Casa Madre atendemos un comedor social y el centro de atención para terminales de SIDA. Por otra parte, estamos en el Sanatorio Bilbaíno y en la residencia de la Madre Fundadora, en la que atendemos a unos 60 ancianos.
Irradia felicidad
Es que tras 50 años en la congregación soy una mujer feliz. Sigo pensando que el día que tomé esta decisión no me equivoqué. Sigo caminando, intentando que nuestras jóvenes de hoy sigan enamorándose de la persona de Jesucristo y sean tan felices como nosotras.