Homenajes en Bilbao y Bermeo

 
El obispo, en su homilía en la catedral invitó a orar por los fallecidos, por los heridos y por los que lo han perdido casi todo tras el seísmo. “Nos unimos –dijo- en un solo cuerpo, una sola fraternidad, para orar por los heridos, por su pronta recuperación”. Pidió que la solidaridad no sea de un día, ni unas semanas “nuestra acción siempre es a largo plazo”, dijo.
La delegada de Misiones de Bilbao, Feli Martín, leyó un texto de Vilma Véliz, de la Comunidad de Piquigua, San Isidro, Manabí. Palabras de esperanza y de fe en las que Vilma compartía lo vivido desde que ocurrió el terremoto. “En medio de esta preocupación tan grande que estamos viviendo, nos alientan las campañas de ayuda que están llegando hasta nosotros y hasta la gente más necesitada. Estamos agradecidos a tantas instituciones, a tantos amigos, al Gobierno, a las empresas particulares y a la ayuda internacional de los amigos de todo el mundo. Esto nos hace pensar que la solidaridad está vigente en el mundo. Y nos anima a continuar. Vamos a continuar con más intensidad nuestra misión de anunciar con fuerza a Palabra de Dios”.
En la Eucaristía, el obispo recordó también a los enfermos, ya que litúrgicamente se conmemoraba la Pascua del Enfermo, así como a los trabajadores y trabajadoras, “y a cuantos no encuentran trabajo o trabajan en condiciones de precariedad”, en el 1º de mayo, así como a todas las madres que celebraban ayer su día.
Aita Adrián
Con motivo de la Pascua del Enfermo, Mons. Iceta presidió, en Bermeo, la Eucaristía en la que se entregó una distinción al religioso franciscano Adrian Zabalgogeaskoa, por su dedicación al Santuario de Lourdes y a las personas enfermas. Recibió la medalla de la Hospitalidad de Lourdes, lugar al que acompaña a las personas enfermas desde hace más de dos décadas, de mano del obispo de Tarbes-Lourdes, en reconocimiento a su dedicación al santuario.