Antonio Bravo, presbítero bien conocido en los ámbitos de formación y espiritualidad, propone una vez más su título: La oración del sacerdote y de los seguidores de Jesús, Sígueme, Salamanca, 2023.Es una obra antigua que ahora conoce su tercera edición y ha sido revisada. Merece la pena la lectura y reflexión sobre su contenido para todos, no sólo para los curas.
Tres aspectos podemos destacar:
1. El título es un poco engañoso porque habla más del valor de la oración y de sus dinámicas más que de la oración presbiteral como tal. Es sobre todo en los capítulos 5 y 6 donde encontramos materia de cómo puede ser la oración de los curas: «la plegaria del discípulo del Resucitado, «oración y fecundidad apostólica (5); «vigilantes al servicio de un pueblo y «conocer la totalidad del designio divino». Aun así, a lo largo de todo el texto hay datos que evidencian cómo debe ser la oración del sacerdote.
2. El autor tiene el acierto de mostrarnos que es necesario rezar como identidad: sí realmente somos discípulos de Cristo. Se crece en el discipulado orando; luego la oración no es algo que se pueda descuidar o sea una dimensión preponderantemente para las Monjas y Monjes. Así dedica varios capítulos a describir cómo es la oración de los seguidores de Cristo.Además, valora la oración de súplica-intercesión como un rasgo también «propio» del presbítero porque es el que vive con la gente, conoce sus situaciones y es amigo de Dios.
3. Su claridad expositiva y su practicidad: ofrece unos criterios para verificar la profundidad de nuestra oración: humildad, desposesión, identificación con el camino del Siervo…
Este breve ensayo es una «joya» bien fundamentada, que hará mucho bien a todos: presbíteros y laicos de nuestras comunidades, todos llamados a ser orantes en el Señor.
Dionisio Larrañaga
