Lander Intxausti, repite como director de BAM

Zorionak! Una nueva oportunidad ¿para qué?
Yo me atrevería a decir que más que una nueva oportunidad es la opción de dar continuidad a un proyecto de Escuela iniciado hace cuatro años. El principal reto es terminar de adaptar la Escuela al nuevo contexto universitario; adaptarnos a los niveles y los estándares de calidad tanto en el ámbito de la docencia como en el ámbito de la investigación. Ahí es donde nos toca demostrar nuestra solvencia académica.
¿Proseguirá el mismo equipo directivo?
Sí, sin duda. Creo que una de mis mayores fortalezas estos cuatro años ha sido el equipo directivo. Ha sido una experiencia de genuino trabajo en equipo, que además creo que merece la pena seguir explotando porque todavía tiene mucho que ofrecer. Además, una de las lecturas que me atrevo a hacer de la masiva respuesta de apoyo recibida en la consulta al claustro es precisamente que el respaldo es al equipo y al proyecto.
¿Qué valor añadido ofrece BAM en el panorama universitario de Bizkaia?
BAM  es un centro de referencia en el País Vasco. En virtud de su titularidad diocesana y su inspiración cristiana propone y desarrolla valores de justicia, equidad, solidaridad, diálogo, apertura y participación. Es una entidad universitaria enraizada en la cultura vasca que contribuye a su desarrollo desde una perspectiva abierta y plural. Es una organización que busca trabajar desde un enfoque interdisciplinar para lograr la excelencia educativa y la transformación de la sociedad.
¿La Escuela seguirá interactuando con los agentes y entidades diocesanas?
Necesariamente, porque la Escuela no entiende su identidad de otra manera. Las relaciones con el resto de agentes del entramado diocesano son robustas y están consolidadas. Existen diversas iniciativas y proyectos abiertos en el ámbito de la pastoral universitaria, en el ámbito de la solidaridad y la responsabilidad social, en el ámbito del diálogo fe-cultura… Los retos en este ámbito cada vez son más interesantes.