¿Por qué entró a formar parte de la congregación?
Estudié en el centro regentado por las monjas en Igorre. Allí me di cuenta que podía lograr mi paz interior y felicidad siendo una de ellas. Mi ama siempre nos decía que preguntáramos a Dios y esa fue mi respuesta. Cuando cumplí 17 años fui a la Casa Madre, de Francia y allí me formé. Mis destinos fueron Eibar, Basauri, Igorre y Perú.
Más de dos décadas en un colegio de Barranquilla. ¿Cómo vive la experiencia?
El centro educativo cumplió 25 años en julio y lo celebramos de una manera muy especial. Una religiosa de nuestra comunidad estuvo secuestrada durante un tiempo y logró escapar. Los niños y niñas del centro prepararon una obra de teatro centrada en este suceso y así pudimos trabajar el tema de la guerra y la paz.
¿Ha cambiado mucho la situación tras el acuerdo de paz de La Habana?
Ha sido un gran paso, pero aún queda un largo camino por recorrer. En el centro seguimos trabajando el trabajando los temas de la restauración, la justicia, el perdón y la reconciliación. La educación es un pilar importante para que la sociedad vaya tejiendo acuerdos. Tal y como manifestaba nuestra fundadora en otro sentido, la educación es imprescindible para el desarrollo humano.
08.11.2017
Las Hijas de Santa María de la Providencia, en su bicentenario
Cuatro religiosas vizcaínas se encuentran en Varanasi (India) con motivo del Encuentro General de la Congregación de las Hijas de Santa María de la Providencia. Pronto volverán a sus labores diarias, centradas sobre todo en la docencia. Itziar y Amaia regresarán a sus comunidades de Igorre y Basauri, respectivamente y Mireia y María Luisa, seguirán con su labor educativa en Barranquilla (Colombia). La dimostarra María Luisa Artabe, ofrece su testimonio sobre la experiencia de 26 años en el país sudamericano.
