Los gernikeses celebraron la festividad de su patrono

El abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias, San Roque, es uno de los santos más populares en nuestra tradición. Para los vecinos de Gernika-Lumo es el patrón de la villa foral y para los creyentes locales, una festividad litúrgica ineludible. Ayer, como otros muchos gernikeses, el obispo, monseñor Mario Iceta quiso celebrar junto a sus convecinos el día grande de las fiestas.
La Misa Mayor que se ofició a las once de la mañana, en la iglesia Santa María, estuvo animada por el coro de voces masculinas dirigidas por Martín Urrutia. El joven organista de 16 años, Peio Aurre, acompañó al coro y la soprano local, Irene Ojanguren, puso el broche de oro a la celebración.
Año de la Fe
El obispo dio cuenta, en su homilía, del significado del Año de la Fe instaurado por Benedicto XVI. Reflexionó sobre los cinco objetivos marcados que son el de tomar conciencia de la importancia de la fe «porque es el gran tesoro escondido en nuestra vida». Un Año para reanimar la fe- dijo- «con la meditación diaria, atenta a la palabra de Dios. Con el servicio a los enfermos y el tiempo para la contemplación». Manifestó también que es el Año para purificar la fe «y volver la vista a Dios». El cuarto objetivo al que se refirió es el de la importancia de confirmar la fe «para salir de nuestro desierto interior». Por último, el obispo, mencionó la importancia de confesar la fe «porque cuánta verguenza nos da confesar explícitamente a Jesucristo», dijo.
El prelado animó a los creyentes a vivir la vida con coherencia y a comprometerse. Solicitó fijar la vista en María «que es nuestro ejemplo».