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16.09.2010

Manos Unidas, premio príncipe de Asturias de la Concordia 2010

En el 50º aniversario de su fundación Manos Unidas ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010. Esta Organización católica de voluntarios, lleva medio siglo “declarándole la guerra al hambre de pan, de cultura y de Dios”, como afirmaba su manifiesto fundacional. La candidatura fue presentada por el Comité Ejecutivo de la CEE el pasado mes de febrero por ser una institución “cuya labor ha contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o la defensa de la libertad”.

Manos Unidas es Una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD) católica, de voluntarios, que desde 1959 lucha contra el hambre, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción; y trabaja para erradicar las causas estructurales que las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos; la ignorancia, los prejuicios; la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos (Estatutos, Art. 5º) Su visión, cuyo fundamento es el Evangelio y la Doctrina social de la Iglesia, es que cada persona, hombre y mujer, en virtud de su dignidad e igualdad fundamental, sea capaz de ser, por sí mismo, agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual, y goce de una vida digna.
Un poco de historia:
Cinco años antes de que la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación) lanzase su primera campaña contra la falta de alimentos, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas ya había declarado la guerra al hambre y dejaba claro que se podía acabar con esta lacra mundial si hubiera voluntad real de hacerlo. Corría el año 1960, cuando aquel gesto caló en las Mujeres de Acción Católica que instauraron un día de ayuno voluntario, como signo de solidaridad con los hambrientos. Había nacido la primera campaña para la financiación de proyectos de desarrollo en diferentes lugares del Tercer Mundo. Aquella primera campaña tuvo por lema, inspirada en el manifiesto de la UMOFC: “Declaremos la guerra al hambre” y sentó la base, en el año 1960, con una recaudación de medio millón de pesetas, de las campañas que anualmente lleva a cabo, desde hace medio siglo, Manos Unidas.  La organización crece y se va poniendo de manifiesto que no es suficiente con hacer campañas y recoger dinero sino que también hay que hacer sensibilizar, que se necesita continuidad más allá de la campaña anual. En 1978 se establece  como una organización no gubernamental de desarrollo, y ya con personalidad jurídica, la campaña contra el hambre anual que se realiza pasa a llamarse Manos Unidas.
Bizkaia es una de las primeras delegaciones y como en otros lugares, asume la apuesta de la asamblea general de Mujeres de Acción Católica, por la que en cada territorio se encargarán de llevar adelante las campañas. En nuestra diócesis, Manos Unidas tuvo su primera sede en la Gran Vía, de donde se trasladó a la calle Banco España, primero y al edificio Barria de la Plaza Nueva después, donde actualmente se encuentra.
Voluntariado: El tesoro de Manos Unidas
El voluntariado constituye la columna vertebral de este proyecto. “Es nuestro tesoro, -nos comenta su presidenta en Bizkaia-, de hecho, en nuestra Diócesis, salvo la persona encargada de la secretaría y la administración, el resto somos todas voluntarias. En cifras podemos contar a 28 personas fijas y continuas, (25 voluntarias y 3 voluntarios) que desarrollan tareas diversas durante todo el año y que forman los diferentes equipos o comisiones, pero luego el número se eleva a cientos, teniendo en cuenta a todas las personas que en cada parroquia, en los colegios o en cada pueblo, se encargan de desarrollar las acciones de sensibilización y difusión de las campañas, de recogida de donativos y de muchas otras tareas relacionadas con la campaña de febrero”, comentaba hace escasas fechas.
Monseñor Mario Iceta, ensalzaba en una carta, enviada a Manos Unidas con motivo de la celebración de su cincuentenario, la labor de esta organización destacando su entrega y servicio a los más pobres y subrayando el  “servicio impagable que Manos Unidas ha prestado a quienes vivimos en el Primer Mundo,  recordándonos nuestra responsabilidad y comprometiéndonos en el servicio de los pobres, despertando nuestras conciencias tantas veces adormiladas por una sociedad del bienestar y del consumo que nos lleva a olvidar que la mayoría de los habitantes de la Tierra padecen grave necesidad y viven en condiciones que hieren profundamente la dignidad humana”. El obispo recordaba, acogiendo los datos de la propia organización, que en nuestro mundo “se producen anualmente recursos suficientes para alimentar sobradamente el doble de la población actual del planeta.”, de ahí que invite al conjunto de la comunidad diocesana a “denunciar y proponer los cambios estructurales necesarios para una distribución equitativa y suficiente de los bienes de la tierra, con el fin de que ninguno quede excluido de los mismos ni viva en condiciones que humillan su inherente dignidad.”
Desde la Delegación de Manos Unidas en Bilbao hacen hincapié en que, desde su creación, todo su trabajo se ha centrado en dos actividades complementarias: Por un lado, la sensibilización de la población para que conozca y sea consciente de la realidad de los países en vías de desarrollo: «Para ello realizamos la Campaña anual contra el Hambre el segundo domingo de febrero en todas las parroquias de la diócesis. Además repartimos material educativo bilingüe en los tres niveles: infantil-primaria y secundaria en los centros de Bizkaia. Estos últimos años estamos trabajando los objetivos del Milenio. Este año nos centramos en el objetivo nº 4 “Reducir la mortalidad infantil”. Se hacen cenas del hambre, operaciones bocata en colegios, charlas en colegios…. Desde Bizkaia también hacen la “Operación Enlace” que consiste en poner en contacto a un colectivo de aquí (Parroquia, colegio, particular…) con un proyecto determinado en el Tercer Mundo. «Los fondos los obtenemos de nuestra Campaña anual en las parroquias, de nuestros socios, colaboradores, empresas, instituciones…» Anualmente organizan una conferencia en el salón de la parroquia El Carmen de Indautxu donde, normalmente, acude un responsable de proyectos de Manos Unidas que se encuentra en los países del Sur llevando adelante el proyecto.
Por otro lado destacan, desde la Delegación en Bizkaia, el apoyo y financiación de proyectos en Africa, América, Asia y Oceanía para colaborar con el desarrollo de los pueblos del Sur: «Financiamos proyectos de promoción de la mujer, Educativos, sanitarios, sociales y agrícolas. Aunque somos una ONG católica no hacemos distinción, a la hora de financiar los proyectos, ni de raza ni de religión, etc. Tampoco financiamos proyectos pastorales».