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03.12.2009

Monseñor Blázquez recibió la medalla de oro de la Universidad Pontificia de Salamanca

Monseñor Blázquez recibió ayer en Salamanca, la medalla de oro concedida por la Universidad Pontificia, en un acto que tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad y que estuvo presidido por monseñor Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, acompañado del Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la UPSA, monseñor Carlos López Hernández y el rector, Marcelino Arranz. El decano de la Facultad de Teología de la UPSA, Gonzalo Tejerina Arias, fue el encargado de pronunciar la 'Laudatio'.

La Junta Plenaria de Gobierno de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) aprobó el pasado mes de junio, por unanimidad, la concesión de la medalla de oro de la institución académica al obispo de Bilbao y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, mons. Ricardo Blázquez. La distinción había sido solicitada por la Facultad de Teología y el Patronato de la universidad.
    En el discurso que pronunció al recibir este reconocimiento, mons. Ricardo Blázquez profundizó sobre el debilitamiento que la dignidad de la persona humana puede experimentar, pese a la existencia de los derechos humanos. Blázquez reconoció que estos derechos se aplican a cada uno “en virtud del origen común de la persona” y recordó que todos estamos implicados en “el reconocimiento, la defensa y la promoción de la dignidad personal de todo hombre”. En este sentido, el obispo de Bilbao señaló que no se conciben los privilegios ni las discriminaciones entre el hombre y la mujer, ya que “ambos son la imagen de Dios con legítimas diferencias en idéntica dignidad”. Sobre la violencia doméstica manifestó que es contraria al designio de Dios puesto que hiere sensiblemente la “supuesta intimidad” y su fin es “la humillación de una persona”.
El obispo de Bilbao recordó ayer, durante su intervención, que la Biblia no posee el término persona, sino que describe al hombre con la relación de dependencia que mantiene respecto a Dios, la superioridad frente al mundo y la igualdad hacia el tú humano. “La peculiar dignidad del hombre se expresa en la Biblia como imagen de Dios”, señaló. Blázquez concluyó afirmando que la Iglesia defiende el respeto y quiere promover el valor de toda persona en “cualquier momento de su existencia”, y en “toda circunstancia”.
Por su parte, monseñor Antonio María Rouco Varela manifestó que con este gesto la UPSA había cumplido “un deber no sólo de justicia, sino también una deuda de gratitud”. Mons. Blázquez estuvo acompañado por su auxiliar, mons. Mario Iceta; mons. Gerardo Melgar, obispo de Osma-Soria; mons. Atilano Rodríguez, obispo de Ciudad Rodrigo; mons. Gregorio Martínez, obispo de Zamora; mons. Julián López Martín, obispo de León; mons. Jesús García Burillo, obispo de Ávila; mons. Miguel Arsumendi, obispo de Vitoria; mons. Juan A. Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid; mons. Francisco Gil, arzobispo de Burgos; mons. Manuel Sánchez, obispo de Mondoñedo-Ferrol; Julián Lanzarote, alcalde de Salamanca; Jesús Málaga, subdelegado del Gobierno, y José Lladó, presidente del Patronato, además de varios miembros de distintos organismos de la diócesis de Bilbao.
Monseñor Ricardo Blázquez Pérez (Villanueva del Campillo, Ávila. 1942) fue ordenado sacerdote en 1967. Posteriormente se trasladó a la Universidad Gregoriana de Roma para estudiar Teología y realizar su tesis sobre ‘La resurrección en la cristología del Wolfhart Pannenberg’. En 1972 fue nombrado doctor en Teología y durante la década de los setenta participó intensamente como representante de la Diócesis de Ávila en la Formación Permanente del Clero. Durante esa etapa enseñó ‘Cristología y Mariología’ en el Instituto Pontificio San Pío X de Salamanca, dirigió el Teologado de Ávila en Salamanca, e impartió clase de ‘Dogmática’ en la Facultad de Teología de la UPSA, donde posteriormente ocuparía el cargo de decano durante el trienio 1978-1981 . En 1988 fue ordenado obispo y desde esa fecha hasta 1992 ejerció como obispo auxiliar de Santiago de Compostela. Fue titular de la Diócesis de Palencia, siendo promovido en 1995 como Obispo de Bilbao. Ricardo Blázquez fue nombrado Gran Canciller por la UPSA durante cinco años (2000-2005) y, de 2005 a 2008, estuvo al frente de la Conferencia Episcopal Española, de la que actualmente es vicepresidente. ‘Jesús, el Evangelio de Dios’, ‘La Iglesia del Concilio Vaticano II’, ‘En el umbral del tercer milenio’, e ‘Iglesia, ¿qué dices de Dios?’, son algunas de sus obras más destacadas.
La Universidad Pontificia de Salamanca nació el 25 de septiembre de 1940, fecha en la que el Papa Pío XII firmó el Decreto de Fundación, accediendo a la petición de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos españoles hicieron suyo el deseo del cardenal Enrique Pla y Deniel, auténtico artífice de la Universidad. La UPSA, por tanto, aunque surge como tal en el siglo XX hunde sus raíces en el XIII, cuando el Rey Alfonso IX de León fundó el Estudio Salmantino en el invierno de 1218-19. No obstante, el verdadero impulsor de esa naciente Universidad salmantina fue el Rey Alfonso X el Sabio, quien le otorgó el Estatuto de 1254, conocido también como la Carta Magna del Estudio Salmantino, que representa su cuadro legal y base económica. Con este estatuto, la Universidad quedó definitivamente constituida en su doble carácter de Real y Pontificia. En esa época el apoyo de la Iglesia resultó decisivo para el sostenimiento tanto académico como económico de la institución.
Cinco años después de la creación de la Universidad Pontificia, en 1945, se creó la Facultad de Filosofía a la que seguirían los estudios de Filología Bíblica Trilingüe (1949), Ciencias de la Educación (1958) y años más tarde los de Psicología (1971), CC Políticas y Sociología (1971), Comunicación (1988), e Informática (1990), Enfermería, Fisioterapia, y Ciencias del Seguro, Jurídicas y de la Empresa. En los últimos años, esta institución ha apostado por la formación de postgrado ofreciendo innovadoras titulaciones que facilitan la formación continua y favorecen la especialización profesional. Actualmente, la Universidad Pontificia tiene una amplia y diversificada oferta de titulaciones, dobles titulaciones, posgrados y títulos propios. La Universidad Pontificia ha conseguido en sus más de sesenta años de historia situarse como un referente en el panorama educativo español e internacional.