Un día en el que comienza en Roma el encuentro sobre `La protección de menores en la Iglesia´. ¿Qué esperan de esta reunión?
Estamos a la expectativa, por dónde van a ir los tiros. Me imagino que el mundo mediático está pendiente sobre el protocolo que hay que aplicar para lo que llamamos la tolerancia cero, estando, sobre todo, por las víctimas que han sufrido cualquier tipo de abuso, también de poder. Hay que decir que en el mensaje que los obispos catalanes dimos a la sociedad, pusimos de relieve sin ánimo de justificación ninguna, que se tuviera en cuenta que la Iglesia tiene que ser el hogar, en el cual también sanar las heridas. Que la Iglesia no sólo sea, un lugar seguro donde poder vivir la fe, sino también esa comunidad de hermanos en la cual nuestras heridas son sanadas, donde siempre hay una nueva oportunidad, sobre todo pensando en las víctimas. Esperamos de esta cumbre que también pueda ser una ayuda para la sociedad, porque es un problema no solamente de Iglesia, sino que está en la familia y en otros ámbitos de la sociedad y si la Iglesia puede colaborar con su granito de arena mejor que mejor.
Hay un llamamiento a la huelga general hoy en Cataluña. La crispación en la sociedad es evidente. ¿Qué está haciendo la Iglesia catalana?
Debemos seguir siendo siempre factores de comunión. Hay posturas enfrentadas y nosotros tenemos que luchar por la no confrontación. A veces no se entiende pero, hay que ser pastor de todos. Con un oído atento en la realidad e intentando entender la postura del otro. Es importante dialogar y fomentar una cultura del encuentro y no de la discrepancia. En ello estamos.
