La madre abadesa, sor Esperanza, hace honor a su nombre. Siempre con la sonrisa en la boca, repite a quien quiera escucharle que la clausura es solo “un medio” para poder estar entregadas “al servicio de Dios”. Y así viven la vida contemplativa, como tantas otras personas que han ofrecido su vida a la oración.
Las 3 monjas mejicanas, 3 de Kenia, una de la India y la mayor de todas, vizcaína de 93 años forman una comunidad que, hace dos años, «por necesidad«, decidió abrir el obrador y la tienda. Llegó la pandemia y tuvieron que cerrar durante unos meses. Ahora, la tienda está abierta en horario continuo de 10:00 h. a 19:00 los días de labor. Los domingos y festivos abren a las 11:00 h. y cierran a las 17:00 h. A la pregunta de si reciben encargos contesta que “en alguna ocasión nos han pedido que preparemos una cesta para regalar o algún roscón de reyes… Pero, normalmente, solemos tener todos los productos disponibles”.
Oferta variada
Con motivo de la situación económica precaria, muchos conventos de clausura han tenido que reinventarse para poder sobrevivir. “Sin embargo – admite la superiora- lo de la repostería solo nos da para pagar la luz y la pensión. Gracias a Dios hay mucha gente bondadosa que nos trae productos comestibles y con nuestra huerta también nos vamos arreglando”.
La oferta dulce es variada. Bizcochos caseros artesanos, “en su variedad integral”, pan de monjas, mantecadas mejicanas, tejas, pasta san Mamés elaborada con harina, mantequilla y almendra…
Hoy, como todos los días, se han levantado a las cinco de la mañana a rezar por todos nosotros.
¡Zorionak a toda la familia clarisa de Bizkaia en su día!
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