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03.02.2015

«Que seamos capaces de compartir esta cultura de solidaridad y paz»

El tiempo se ha aliado con la festividad de San Blas durante la mañana. Los cientos de personas que se han acercado a Abadiño a celebrar el Día han podido disfrutar de la feria sin abrir los paraguas, durante buena parte de la jornada. Las eucaristías han comenzado a las nueve y se han sucedido, cada hora, hasta las 13 horas. El obispo ha presidido la misa de las 11 horas. Han participado multitud de personas, que fieles a la tradición, tras la bendición de los cordones han hecho cola para besar la reliquia del Santo.

Enclavado en el parque natural de Urkiola, Abadiño muestra hoy una imagen de postal. El manto blanco que cubre los montes del Duranguesado contrasta con el ambiente caluroso que se respira en una de las ferias agrícolas y ganaderas más importantes de Euskadi. Como en otras ocasiones, «igual un poco menos que otros años», según estimaba un baserritarra habitual, la feria ha concentrado a personas de todo el territorio histórico y de las provincias limítrofes. «Nosotros no faltamos nunca. Nuestros nietos están esperando a que les llevemos el cordón bendecido como todos los años», confesaba un feligrés al finalizar la misa de las 11 horas.
Desde la primera eucaristía, que se ha celebrado a las nueve de la mañana, hasta la última (a las 13 horas) han sido incesantes las entradas y salidas de los feligreses al templo de San Torcuato Mártir.
El obispo ha presidido la misa de las 11 horas. En su homilía ha recordado la vida del mártir, patrono de los enfermos de garganta, quien salvó a un niño de ahogarse tras tragar una espina de pescado. Se ha referido a la Jornada de Manos Unidas, que se celebra este fin de semana, aludiendo a la «generosidad» de nuestro pueblo y ha solicitado «que seamos capaces de compartir esta cultura de solidaridad y paz». Con un gesto a los baserritarras, Monseñor Iceta ha dicho que «la siembra generosa del Evangelio es la mejor cosecha».