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06.05.2015

¿Quieres vivir una experiencia inolvidable en San Francisco?

Está abierto el plazo para apuntarse a los campos de trabajo de solidaridad que se realizan en verano. Los jóvenes tienen la oportunidad de encontrarse “con el Dios de Jesús en el mundo de la exclusión” con personas privadas de libertad (Basauri), con personas enfermas (Alhoucema-Marruecos) o con menores (San Francisco-Bilbao).

Los jóvenes, con sensibilidad creyente, que quieran compartir su verano junto a otras personas tienen la oportunidad de hacerlo por medio de los campos de trabajo que han organizado desde las Delegaciones de Evangelización y Catequesis, de Caridad y Justicia y de Misiones. El plazo de inscripción está abierto.
La colonia urbana del barrio de San Francisco, en Bilbao, está dirigida a jóvenes que quieran vivir el mes de julio de una manera diferente. Tal y como relata la religiosa pasionista Marije Calvo, responsable del campo, “se da continuidad al proyecto Tximeleta que lleva a cabo Cáritas con los niños y niñas durante el curso”. Estos mismos menores son atendidos por los jóvenes que se apuntan al campo en verano. “Este año se ha inscrito una chica de Madrid – dice Marije-, pero normalmente los participantes son de aquí”.
Las personas voluntarias comparten 22 días de julio, desde la mañana hasta la noche, “porque comen y duermen en el centro Hargindegi”. Se trata de un local de familia e inclusión social situado en la plaza de la Cantera, donde atienden cada vez a más personas. “Estas últimas semanas se nos están apuntando familias nuevas a los talleres”. Las personas , en su mayoría inmigrantes, reciben clases de cocina, plancha o costura. “Muchas acuden con sus hijos e hijas que son atendidas en el `txikileku´ del centro”.
Otros campos de trabajo
El centro penitenciario de Basauri será uno de los lugares en el que los jóvenes, de edades comprendidas entre 18 y 24 años, compartirán algunos días de julio junto a las personas privadas de libertad. “Los presos son los últimos, los olvidados. La cárcel es un lugar privilegiado para encontrarse con el Dios de Jesucristo”, matiza el responsable del campo Jorge Muriel.
La experiencia en Alhoucema (Marruecos) se centra en el ámbito del sufrimiento y la enfermedad. Durante el periodo que dura este campo de trabajo, los participantes realizan tareas de acompañamiento a personas de un centro psiquiátrico y a niñas y niños en un centro para infancia en situación de abandono. Por las tardes, la dinámica es más orante y reflexiva.