Recital de campanas del carillón de Begoña

El programa de este curioso concierto al aire libre, que lleva celebrándose varias ediciones en esta misma fecha de comienzo de verano, es el siguiente: Zortziko de San Juan (Herrikoa-popular); Bautista Basterretxe; Amorosa, Nº VI de “Diez melodías vascas” (Jesús Guridi); Preludio (C. Franck); Pello Joshepe (Herrikoa-pupular) y Salve Popular (Fragmento. Jesús Guridi).
En el año 1922, el Banco Vizcaya donó un carillón de 24 campanas a la Basílica de Begoña, que fueron fundidas por una empresa suiza, se accionaban manualmente con unos mazos de madera. En 1994, cuando se restauró la torre, comenzaron a funcionar 7 campanas de volteo (con un motor) y el sistema pasó de ser mecánico a digital. Este sistema permite, a través de una consola con teclado, componer melodías. En la actualidad disponen de 65 melodías grabadas que utilizan para festividades especiales o para eventos como el concierto de esta tarde.
Miriam Cepeda
La encargada de preparar el recital de hoy es Miriam Cepeda, actual organista de la basílica que acaba de concluir sus estudios superiores de órgano con la máxima calificación existente. Ya poseía con anterioridad los títulos superiores de profesora de piano, solfeo y pedagogía musical.
Miriam, de 29 años, es una auténtica apasionada de la música y aunque reconoce que en un primer momento no tuvo “un flechazo con el órgano”, ya que su verdadera pasión era el piano, en la actualidad es la presidenta de la Asociación de Amigos del Órgano de Bizkaia “Diego Amezua” y la primera Titulada Superior en órgano de nuestra provincia con el vigente plan de Estudios.
Miriam lleva colaborando  con la Basílica  desde 2002, pero fue en agosto de 2003 cuando comenzó su dedicación más en firme. Actualmente pone la música de órgano en unas 18 celebraciones semanales “probablemente es el órgano que más se utiliza en toda Bizkaia”, destaca y, aprovecha para recordar que en 2014 este instrumento cumplirá 130 años y que “no sería un mal momento para pensar en una restauración”. Se construyó en 1884 y “no se ha hecho nada serio desde entonces”, aunque es un órgano de una máxima calidad algunas de sus partes están muy deterioradas. Pero también reconoce que este tipo de restauraciones requieren mucho dinero y mucho tiempo, ya que son completamente artesanales.
Cepeda, además de su dedicación como organista en la Basílica d Begoña colabora en diferentes ciclos de órgano que se celebran por todo el Estado.