Iñigo Iriarte explicó el origen del libro “La aventura de las Misiones Diocesanas Vascas en Katanga”, una publicación enmarcada en el 50 aniversario de MDV, aunque sea 20 años más tarde cuando ha visto la luz y ofreció unas pinceladas acerca del autor, Manuel de Unciti. Feli Martín, delegada diocesana de misiones de Bilbao, leyó la carta que el misionero vizcaíno Xabier Goicouria envió para el encuentro. En ella destacaba algunas experiencias de solidaridad sencillas que ha vivido, brotes de esperanza en medio de una situación difícil. Dichas experiencias hacen vislumbrar que la tarea misionera sigue mereciendo la pena.
María Asun Ortiz de Urbina fue la persona elegida para informar sobre la realidad actual de Rwanda. María Asun es responsable de Médicus Mundi-Araba y desde dicha organización, ha trabajado codo con codo con los misioneros. Tras su reciente viaje al país, explicaba que detrás de la aparente bonanza económica que se quiere mostrar, sigue existiendo la desigualdad, la pobreza y las consecuencias de la guerra de hace 24 años.
También participaron en el encuentro las misioneras de Santa María, Trini Ortiz y Mª Carmen Martínez. Desde sus inicios han mantenido una estrecha relación con los misioneros vascos en aquel país. Hace unos meses vieron que era el momento de regresar dejando en buenas manos el Centro Materno-Infantil que regentaban. Mujeres luchadoras, muy implicadas y cercanas a la gente, en concreto con las mujeres. Compartieron el proceso de relevo que han vivido en la misión en la que han trabajado más de 35 años.
Fran Izquierdo, director de Misiones Diocesanas de Vitoria, tomó la palabra para ofrecer un breve informe acerca de la ayuda enviada en estos dos años a la diócesis de Portoviejo, en Ecuador, con motivo del terremoto que asoló la zona. Por otro lado, Joxe Mari Garmendia (Txamo), que ha regresado definitivamente a Euskadi tras 23 años como misionero en Ecuador, compartió cómo ha sido su última etapa en Santa Rosa y cómo ve el futuro de aquellas comunidades y proyectos. Poco antes de su regreso, participó en el 25 aniversario de la parroquia de El Calderón (Santa Rosa). En su intervención dedicó unos sentidos versos a Bittor y Joseba.
Concluida la asamblea, llegó el momento de la eucaristía, presidida por Mons. Mario Iceta, obispo delegado para las Misiones Diocesanas, quien, en la homilía, se refirió al evangelio Lc 4, 19, resaltando que el Espíritu nos impulsa en este tiempo Pascual a continuar en la tarea misionera. También se tuvo presente a los trabajadores y trabajadoras en el día internacional del trabajo.
