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24.08.2017

¿Sabías que en la isla San Nicolás de Lekeitio hubo un convento hace 400 años?

En julio, con motivo del 400 aniversario del convento de la isla de San Nicolás, se realizó una recreación en la localidad costera a la que acudieron ataviados con vestimentas de la época, entre otros, dos presbíteros diocesanos. Por otra parte, en agosto, un grupo de 30 personas de la asociación cultural de Lekeitio, Atabaka y la Sociedad Aranzadi, con la colaboración del consistorio local y la Diputación Foral de Bizkaia, realizaron unas catas en el entorno del convento ocupado por los frailes hace cuatro siglos. La emisora diocesana Bizkaia Irratia, entrevistó a Guillermo Ruíz de Erentxun, miembro de Atabaka.

Tal y como detalla en la entrevista el miembro de la asociación cultural Atabaka de Lekeitio, el año pasado se realizó la excavación más importante con la localización de restos del exterior de la ermita y el convento. «Este año hemos profundizado más, hasta llegar al altar», señala Guillermo Ruíz de Erentxun.
En la isla San Nicolás hay restos religiosos, militares y civiles. «Desde nuestra perspectiva local, la isla tiene un gran valor histórico. Los miembros de Aranzadi valoran otras cuestiones como puede ser el polvorín, pero para nosotros lo importante es poner en valor nuestro patrimonio por medio de la colaboración inter institucional y de asociaciones como la nuestra», señala.
Un convento de frailes recoletos
En la isla conocida también como Garraiz se encontraba la ermita de San Nicolás de Bari. Documentación del s. XVI recoge el nombramiento de Sebastiana de Licona como `serora´ para la ermita. Esta mujer fue al parecer una de las que ofreció su vida a la oración y al servicio del lugar. Posteriormente, en la descripción anónima de la Villa de Lekeitio se dice que el `Cabildo eclesiástico y secular´ cedía la isla al P. Fray Juan de Solaguren, Misionero Provincial de San Francisco, para que se edificase un convento de frailes recoletos. Era el año 1617.
La comunidad de frailes residió en la isla hasta 1650. La ermita se reedificó en 1734 y se demolió el año 1795, según cuentan las crónicas “con motivo de la guerra que hubo contra el francés”.