San Pedro y San Pablo celebran su fiesta

El director del Museo de Arte Sacro, Juan Manuel González Cembellín, explica que en esta celebración de San Pedro y San Pablo, “el primero se ha adueñado de la festividad, y casi nadie recuerda a Pablo, a pesar de que fue sin duda uno de los pilares de la Iglesia. Hombre de raíces judías, pero gran conocedor de la cultura helenística y completamente integrado en el mundo romano, viajero incansable, polemista cuando era preciso… fue uno de los principales artífices de la construcción y expansión del cristianismo”. En nuestra Diócesis, sólo una iglesia está dedicada a la advocación, de San Pablo, en Deusto (Bilbao) y cinco ermitas en Aulesti, Erandio (compartida con Bernabé), Arrieta, Mungia y Orozko (las tres últimas ya desaparecidas). También se puede ver su imagen en varios templos, de manera aislada. Es representado habitualmente como un hombre de edad, calvo –rasgo que se asociaba con la edad avanzada, y por ello con la sabiduría–, y con un libro en las manos. Aunque en algunos casos se ilustra su conversión, cayendo de su caballo fulminado por un rayo y oyendo la voz que le dice “¿Pablo, por qué me persigues?”.
Frente a la escasez de templos bajo la advocación de Pablo, los de San Pedro son multitud. Veintitrés parroquias y veintinueve ermitas se han contado –aunque algunas de éstas han desaparecido ya–. Todas son más que interesantes, pero recodaremos ahora algunas como las iglesias de Deusto, con un San Pedro Papa tardogótico tallado en la puerta de los pies, las de Las Carreras (Abanto), reconstruida espléndidamente tras la Guerra Civil, la modesta de La Quadra (Güeñes), con una portada hermosamente decorada, la de Lumo, que asoma como una atalaya sobre Gernika… Y entre las ermitas las de Lemoa, que en sus muros tenía encajadas unas estelas de época romana, hoy sustituidas por unas réplicas (los originales están en el Museo Arqueológico de Bizkaia) o la de Atxispe (Gamiz-Fika), en estado ruinoso, pero en un entorno muy evocador de lo que pudieron ser los eremitorios medievales.
En todos estos templos –y en otros muchos, en forma de tallas o pinturas– nos encontramos a San Pedro o bien de pie sosteniendo las llaves en una de sus manos, o más frecuentemente sentado en su solio papal, tocado con tiara e igualmente con las llaves.
Y aunque posiblemente en su origen casi todas estas iglesias estarían dedicadas a Pedro y Pablo conjuntamente, sólo en un caso se ha conservado esta unión: en la ermita de su nombre en Ibarruri (Muxika)
Día del Papa (Óbolo de San Pedro)
Hoy se celebra el