Un acto de corazón y para el corazón

Muchas personas que asistieron  al acto que organizó ayer la ikastola Begoñazpi lo calificaron de “exquisito y emocionante”. Ciertamente, las lágrimas brotaron en más de una ocasión entre el público asistente al escuchar las palabras sentidas de los premiados.
El primer galardonado “por su desempeño profesional impregnado de valores humanistas” fue el Doctor Ingeniero Industrial por la Politécnica de Madrid, José Antonio Garrido, quien mencionó que era un honor compartir el premio con Marije y recibir una distinción que premia valores. Garrido, quien en más de una ocasión ha remarcado que el proyecto de empresa debe ser aplicable al proyecto de vida, recordó en primer lugar a su familia y remarcó la influencia en su vida de su formación en materia humanística.
La pasionista Marije Calvo, que trabaja desde hace 20 años en los barrios de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala con personas desfavorecidas en el centro `Hargindegi´ de Cáritas, agradeció a Dios el premio y al equipo que le acompaña en esta labor. “Las personas con las que trabajo son la mediación de Dios en esta vida”, dijo. En un discurso entrecortado por la emoción mostró en más de una ocasión su humildad “no merezco este premio y los que me conocen saben lo que me ha costado venir aquí”, dijo.
A juicio de la premiada no se lee igual el Evangelio desde una choza o desde un palacio, “eso es por lo menos lo que vivo yo”, sentenció.
Los premiados participarán en encuentros con los alumnos y alumnas en los que contarán los hitos que han marcado sus vidas.