Asistencia religiosa en el hospital

«¡Levántate, vete; tu fe de ha salvado!», ¿qué le sugiere? 
El lema de este año se hace eco de las palabras de Jesús al paralítico. Este día, se me ocurre decirles a los enfermos y sus familiares, algo muy concreto: no tengáis miedo, la vida llega un momento en que se acaba aquí, pero no del todo. Al otro lado nos espera alguien con los brazos abiertos de padre y cara de ternura de madre. Pero mientras llega ese momento, les animaría a abrirse en confianza a todas las personas que estamos a su servicio en el hospital.
En el libro cuenta historias entrañables, pero vividas intensamente
Cuando me dicen que será duro estar en el hospital, realizando mi misión de esta manera, la respuesta me sale rápida: estoy viviendo una de las experiencias más preciosas de mi vida. La relación que se establece con los enfermos, es plenamente humana. Cuando la vida se vive en sus límites, para muy poco sirven los títulos académicos, el capital o la situación económica de la persona enferma y sus familiares. El libro recoge algunas de esas vivencias. Intentan recoger una sensibilidad, la mía, para el acompañamiento a las personas que están atravesando situaciones duras y en las que creo que Dios está presente.
¿Cuál es la necesidad fundamental de los enfermos?
Sobre todo necesitan compañía. Hay gente que está sola siempre o muchas horas del día y esto es algo que nos tiene que hacer reaccionar y ver qué podemos hacer. Las personas enfermas están necesitadas de cariño, de mucho cariño. Agradecen los abrazos, los besos, o simplemente, el cogerles suavemente de la mano.
¿Se entiende la labor del equipo de pastoral de la salud, en el hospital?
El hecho de que nuestro campo no sea específicamente el profesional médico, no es tan importante. La salud no es solamente no estar enfermo físicamente; afecta a todos los aspectos de la persona y ahí intervenimos: en lo relativo a estar acompañados, en confianza, en la posibilidad de profundizar en aspectos relativos a su espiritualidad…
Algo muy importante para mí es la expresión viva de San Pablo: “Sé de quién me he fiado”. En esa experiencia creo que vivimos los componentes de los equipos de pastoral y queremos transmitirla a las personas con las que nos encontramos, día a día, en los hospitales.
 Materiales de la campaña del día del enfermo aquí