Joe Gitterman ha realizado la escultura en el taller de Alfa Arte, en Eibar, construida con una sola pieza de acero, que mide 3 metros y pesa aproximadamente 400 kilogramos.
Proyectó primero la obra en su mente y luego tomó forma en una maqueta que se ha convertido en una obra hermosa de grandes dimensiones. Este domingo, se instalará en el santuario de Urkiola, en el lugar donde el autor la imaginó.
En una entrevista realizada en la revista diocesana Alkarren Barri, el escultor cuenta el origen del proyecto.
El árbol y la vidriera
Joe Gitterman señala que la sacralidad natural del bosque “se hace plenamente explícita en su Santuario, dedicado a San Antonio de Padua y San Antonio Abad”, donde se instalará la escultura. Tal y como señala el responsable del Departamento de Asuntos y Bienes Culturales de la Diócesis de Bilbao, Gaspar Martínez, “la vidriera junto a la cual se instalará el ‘árbol’ proyecta su luz multicolor a través de sus ‘ramas’, dando así metafóricamente el fruto que el profeta Isaías vio salir del tronco de Jesé” (* Libro de Isaías, capítulo 11)”
Pero retoñará el tocón de Jesé,
de su cepa brotará un vástago
sobre el cual se posará el Espíritu del Señor:
juzgará con justicia a los desvalidos,
sentenciará con rectitud a los oprimidos. (Libro de Isaías, capítulo 11)