En el encuentro del diaconado permanente también estuvieron presentes Estrella Moreno (laicado) y Javier García (presbiterado) como miembros de la comisión diocesana para el diaconado permanente y Néstor Aras, director de la misma.
Graduación en BAM
El acto de este año contó con un momento especial en homenaje a Eneritz Argintxona, alumna de BAM fallecida el pasado verano en Panamá.
El obispo, en su intervención, dirigiéndose al grupo de nuevos graduados y graduadas les dijo que habían elegido una profesión noble y valiosa: «En ella no se trata solo de transmitir conocimientos; también podéis moldear el futuro de nuevas generaciones. Cada niño y niña en vuestras aulas es la oportunidad para dejar una huella importante. No os conforméis con enseñar solo la que se supone que os corresponde. Inspirad a vuestros alumnos a pensar por sí mismos, a ser curiosos, a preguntar, a interesarse por una gran variedad de temas, porque la vida es diversa y compleja a la vez, y puede resultar apasionante».
«Recordadlo -añadió- no estáis formando meros receptores de información, sino seres humanos que necesitan sabiduría para tomar buenas decisiones en su vida, para lo que necesitan ser críticos y, ojalá, también comprometidos. Vuestra labor va mucho más allá de las cuatro paredes del aula. Estáis sembrando semillas de madurez, de inteligencia (en el sentido amplio de la palabra), sois agentes de cambio y transformación».