«A mi marido le mataron un domingo, -recuerda Mª Carmen– el 4 de junio del 2000. Hasta que te das cuenta de lo que te ha pasado, tardas un tiempo para decir si ha ido de verdad, porque yo me lo tuve que repetir mucho. Jesús Mari, tú ya no estás, porque parecía todo una pesadilla. A raíz de entonces, me fueron llamando, yo siempre he dicho que sí, esta es la verdad. Me ha costado mucho, porque al principio yo he sido siempre muy tímida, Nunca creí que podría hablar en público así yo de esa manera, pero interiormente pedía ayuda, lo que siempre he pedido. Ayuda a Dios para que me ayudase en ese proceso de vida que me tocaba vivir entonces».
Mª Carmen Hernández señala que ha ido sacando fuerzas para estar en sitios públicos donde se lo han pedido. «He dado charlas y después de eso también estuve en un proyecto del Gobierno Vasco que querían reunir a víctimas de distintos victimarios que rompiese con aquellos esquemas que había los míos y los otros o los nuestros y los vuestros, que no tiene ningún sentido porque en realidad todos habíamos sufrido la pérdida de un ser querido y nuestro sufrimiento era igual el de todas, intentando que la sociedad se implicase un poco, que hiciese una autocrítica de su pasado y que bueno que intentar crear caminos de convivencia, un poco por ahí. También en otro proyecto del Gobierno Vasco, ADI, ADIAN».