
La concelebración ha estado presidida por el religioso Dominico Jesús Galdeano, que en la homilía se ha dirigido a Sor Jackeline, Sor Eunice y Sor Rosa en su profesión solemne «que es la consagración total de la vida a Dios para siempre. Consagrarse a Dios es entregarse a él en cuerpo y alma».




«Vosotras -las ha dicho- habéis tomado la decisión de ‘ser toda para el Señor’ de vivir solo para él hasta la muerte. Esto no es un gesto irresponsable o inconsciente, sino una decisión personal fundada: no en las propias fuerzas, sino en la gracia de Dios que nunca os va a faltar».
Para Galdeano es «una decisión arriesgada, hoy incompresible para muchos, que lo ven como imposible, en esta sociedad líquida, refractaria a compromisos definitivos para toda la vida; sea en la Vida Religiosa como en el matrimonio y en cualquier relación con personas o con instituciones».