La mayoría de los diáconos permanentes del mundo son hombres casados, padres, presentes en la vida familiar y social, y desde aquí, intentan hacer visible la esperanza que nace del Evangelio, ya sea en una visita a un enfermo, en la escucha a un necesitado, en el consuelo a quien sufre, en la atención a los privados de libertad, los migrantes que vienen en busca de una oportunidad, o en el anuncio silencioso de que Dios está presente incluso donde parece ausente, acompañando a quienes se sienten abandonados, como refleja el diácono diocesano Natxo Etxebarria en el cartel de la Jornada Diocesana que acompaña estas líneas.
Desde el Secretariado para el Ministerio Ordenado invitan a toda la diócesis a rezar por las vocaciones al diaconado permanente, «acompañándolos, caminando con ellos, compartiendo la misión de hacer de esta Iglesia un lugar donde todos puedan encontrar consuelo, verdad y esperanza. Ellos son portadores de que la esperanza cristiana no es un ideal lejano, sino una presencia viva y encarnada en medio de la vida».
Agradecimiento del obispo
El obispo Joseba Segura, en su mensaje para este día expresa «desde el corazón» su profundo agradecimiento a todos los diáconos de nuestra diócesis. «Vuestra labor generosa, vuestra entrega constante y vuestra disponibilidad silenciosa son luz que ilumina numerosas comunidades de Bizkaia. Gracias por vuestro servicio desinteresado, por no buscar protagonismo ni reconocimiento, y por encarnar con sencillez el Evangelio en medio del pueblo».
Joseba Segura también recuerda a sus familias «Esposas, hijos, hermanos: vuestra generosidad al compartir esta vocación hace posible que el ministerio florezca. Gracias por ser comunidades domésticas que sostienen y alientan la misión pastoral que el obispo les encomienda».
El próximo viernes, 10 de octubre el obispo mantendrá un encuentro con el grupo de diáconos permanentes de la diócesis, en la casa de Ejercicios de Begoña.