La puesta en común marcó varias líneas de trabajo preferentes: Perder el miedo al compromiso y estar disponibles; Recuperar para la vida en comunidad a las personas que por temor o inercia han dejado de acudir a las parroquias; Reforzar los grupos que se ocupan preferentemente de las personas en situación de debilidad (Caritas, Pastoral de la Salud, Vida ascendente,…); Fortalecer los vínculos de fraternidad entre quienes no sentimos parte de la comunidad; Fomentar nuevos encuentros de oración en comunidad.
Aras señala que es de destacar el ambiente de cariño, de familiaridad y de trabajo creado durante esa mañana de Asamblea. «Se trabajó para el bien común con ganas y con ILUSIÓN, que de eso se trata. Durante el curso pastoral y, en función de las distintas acciones diocesanas, vicariales y de la unidad pastoral, iremos añadiendo calificativos al lema ‘Creamos Comunidad’. Es un lema muy apropiado que irá en crecimiento».