Mons. Segura inició su mensaje señalando que estamos en una sociedad que se está haciendo cada vez más compleja “y que creo –dijo- que va a estar caracterizada por la inestabilidad, no solamente por la experiencia inesperada que estamos viviendo con motivo de la pandemia, sino por una serie de cuestiones y de retos que se están planteando como retos claros de futuro. El tema de la crisis política y la necesidad de hacer una política ordenada en torno al bien común, esa palabra que no se estudia en las facultades de ciencias políticas, el tema de la economía y ese tremendo reto de pensar en una economía en la que haya posibilidades de vida dignas para todos y al mismo tiempo, que sea compatible con una reflexión renovada sobre lo que significa el crecimiento económico y compatible también con este gran desafío del cambio climático y el tema también social en el que hay muchas cuestiones, pero que yo quisiera destacar una, la cuestión de la migración que está aquí como desafío, como reto, como clave también de contradicción y de tensiones sociales en Europa y que ha llegado para quedarse”.
“La educación Sí importa”
En este contexto de retos y de desafíos compartidos hacia el futuro, Mons. Segura destacó que hay cuestiones muy importantes que tienen que ver con la educación, “efectivamente la educación sí importa. La educación importa, porque importa la calidad de la educación que nuestros centros educativos católicos puedan dar”.
Para mons. Segura, la cuestión fundamental que sostiene todo, “que sostiene el corazón generoso, el corazón abierto es la cuestión de la espiritualidad la cuestión de la transcendencia”. También señaló que lamentablemente ni siquiera en nuestros centros religiosos esta dimensión de vida de experiencia, transcendencia, de vida religiosa está garantizada hoy “y yo creo que hay muchas cuestiones, muchas preguntas a las que todos podemos reflexionar y yo creo que cada vez más lo que se va a ir imponiendo en esta Iglesia también, es una reflexión conjunta compartida en espíritu de sinodalidad y por eso bienvenido este encuentro y bienvenida esta reflexión, que ojala sea productiva y salgamos de ella con criterios claros e importantes que nos ayuden a organizar la Iglesia y la presencia de la Iglesia en el mundo de una forma más significativa”.