Estibaliz Barrón, que ha querido compartir el reconocimiento con todas las personas que trabajan en Gizakia y también con su familia y ha dicho que lo recoge como un impulso para seguir trabajando con los colectivos vulnerables y que le parecía muy importante que estuviesen representadas las capas más desfavorecidas de la sociedad, “es verdad que están siendo tiempos complicados y la pandemia ha sacado a la luz muchos elementos negativos que todavía estamos sufriendo y también ha puesto de manifiesto que para algunas personas que viven en situación de fragilidad esta situación no es coyuntural”.
Engrandecen los valores de la ciudad
El alcalde se ha referido a los cuatro galardonados como personas “que por su trayectoria y su forma de afrontar la vida engrandecen los valores de nuestra querida ciudad”. Aburto ha dicho que a pesar de las circunstancias adversas de este año han decidido llevarlo a cabo “de manera muy señalada y muy sentida desde este salón árabe, lugar de los grandes acontecimientos que suceden en esta ciudad, por eso estamos hoy aquí –ha añadido- porque este es un gran acontecimiento, en este año muy difícil, muy diferente y muy duro, que quedará marcado para siempre en nuestro corazón, en nuestra vida y en nuestra historia”.
Juan Mari Aburto, que ha defendido que “lo más grande no es aquello que tiene más boato, sino aquello que llega al corazón y se instala allí”, ha dirigido palabras de reconocimiento y agradecimiento a los cuatro. Dirigiéndose a la directora de Gizakia ha rememorado que, desde 2003 han compartido la lucha por la dignidad de las personas, “de todas las personas, especialmente de aquellas que peor lo pasan y, a veces, lo hemos hecho contra viento y marea. No hay nada en este mundo con lo que podamos pagarte tu enorme solidaridad y ayuda sobre todo en los momentos de confinamiento”. También ha recordado que la norma dijo que había que quedarse en casa, “pero las normas no hablan de quienes no tienen casa”.
De Estibaliz ha destacado que “siempre está con las botas puestas y en la primera línea de la acción” y que sabe de su vocación y solidaridad “la solidaridad no es nuestra, tiene consecuencias, es sentirse soldado ante las necesidades de las personas que caminan a nuestro alrededor y tu dedicación brota de un corazón generoso solidario y sensible que hace realidad aquello de no dejar nunca a ninguna persona atrás”.