Luciano Francés nació el 25 de febrero de 1933, en Plentzia, entró en el Seminario a los 18 años y fue ordenado presbítero en la basílica de Begoña en el año 1958. Tras su ordenación fue nombrado capellán del preventorio y auxiliar de Gallarta, entre 1958 y 1962. Posteriormente, desde 1962 a 1965, coadjutor de Santa María de Durango y después partió como misionero a Likasi (Zaire), donde permaneció entre los años 1966 a 1973. A su regreso fue destinado como párroco a Ntra. Sra. de Begoña de Sestao y en el periodo comprendido entre los años 1973 y 1986 fue vicario Episcopal de la vicaría I. El último periodo de su vida como presbítero estuvo en la parroquia de San Miguel de Bilbao, como párroco, durante 22 años, desde 1986 hasta su jubilación en 2008. Una vez jubilado siguió ayudando en la parroquia de san Fernando, en la Unidad Pastoral Artxandape y en Plentzia y colaborando con el movimiento de Cursillos de Cristiandad. Vivió un tiempo en la residencia de Venerables y actualmente, hasta su fallecimiento, en la de San Vicente.
Luciano Francés tuvo dos hermanas, Pilar y Consuelo, con las que siempre mantuvo mucha relación. Juan Ignacio Bilbao Alcatena, sacerdote de Plentzia, con el que Luciano coincidió en algunos de sus años de estudio en Vitoria y Derio, le recuerda como un joven alegre y muy buen futbolista “en el fondo era un santo” –dice- y destaca que Luciano era muy sociable y “conocía al dedillo a la gente de Plentzia”.
En sus años de vicario «se le quería y se le valoraba por la autoridad que transmitía, sin imponer, era un líder natural”. Quienes le conocieron destacan su buen carácter y su sencillez. Tras el periodo como vicario prefirió ir a una parroquia pequeña de Bilbao, para vivir en la comunidad “y ser más pastor que gestor”. Allí vivió rodeado del cariño de su feligresía.
Su época como misionero no fue muy extensa, pero después siempre mantuvo el interés y el contacto y siguió acudiendo a las reuniones de misioneros y ex misioneros del Congo.
QEPD