Aitor Segura: Fui a Ceuta en julio del año pasado junto con otras ocho personas. Había tres proyectos y nos repartimos en grupos. Algunos fueron a compartir los días con los niños del conocido Barrio del príncipe”. Otros, fuimos a un centro donde había tanto personas mayores como otras con diversas discapacidades. Un tercer grupo se fue a vivir la experiencia junto a las personas que provenían del CETI, el centro donde se les acoge tras pasar la frontera y con otras de un centro de día de menores. Aitor Yarza. Yo estuve hace dos años en Marruecos en un centro atendido por los franciscanos y en un hospital psiquiátrico. Estuvimos con ellos con la pretensión de acompañarles y que se sintieran acompañados.
¿Por qué os animasteis?
La experiencia es inolvidable y lo volveríamos a hacer, aunque no se puede repetir. Aquí vivimos la
vorágine´ diaria y transitamos como en un túnel, sin mirar a los lados. Aunque suene muy tópico, allí la gente se preocupa por los demás. La experiencia es muy enriquecedora y merece la pena.