Los integrantes del grupo del campo de trabajo que se está llevando a cabo desde la semana pasada en Ceuta se muestran «impresionados» y «tocados» por la experiencia que están viviendo. Algunos de ellos están impartiendo talleres en el CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes). Se da la circunstancia de que algunos de estos inmigrantes han participado como voluntarios sacando a la calle a las personas mayores junto a los jóvenes de la Diócesis.
La parábola del Buen Samaritano les ayuda en las reflexiones diarias a «seguir curando las heridas de los que se encuentran en la cuneta». Tienen tiempo para acompañar y servir a las personas necesitadas, pero también para «la fiesta y para disfrutar».
Hoy partirá el segundo grupo que seguro compartirá también unos días «inolvidables».