Más de 300 personas reflexionando sobre la paz

Fueron alrededor de 300 las personas que se sumaron al encuentro organizado por la Diócesis de Bilbao para escuchar los relatos de creyentes que han sufrido injustamente la violencia. El vicario general, Ángel Mari Unzueta, explicó el sentido de organizar una acción «que es la continuación de los encuentros de Urkiola y las posteriores Marchas por la Paz de Ziortza» e invitó a escuchar los cinco relatos para la convivencia «con la prioridad de lo que nos une: la fe».
Carmen Hernández, viuda de Jesús Máría Pedrosa, concejal del PP asesinado por ETA, reconoció que gracias a la fe y a «mi psicólogo que está por aquí», ha podido seguir recorriendo el camino de la vida sin la compañía de su marido. Dijo haber perdonado a quienes le asesinaron, porque ella no podría vivir con rencor.
El jesuita Txema Auzmendi envió una grabación, ya que actualmente reside en Cuba, relatando su experiencia de abusos policiales a raiz de la detención que sufrió en el denominado `Caso Egunkaria´. Al finalizar su intervención señaló la importancia de seguir transmitiendo paz y esperanza como creyentes.
Iñaki Delgado, hermano de una presa de ETA contó la experiencia centrando el relato en lo que supuso para la familia que su padre y su hermana no pudieran despedirse cuando su aita murió. Destacó también que es «imprescindible escuchar a los que piensan diferente, ponerse en su piel y buscar lo que hay en el fondo de todas las personas».
El exmiembro de Gesto Por la Paz, Xabier Askasibar, recordó el tiempo en el que salían a la calle a protestar en silencio porque «pensábamos que debíamos hacer algo y no quedarnos indiferentes ante tantas muertes». La intervención de un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado no fue en directo. Envió una grabación en la que relató el sufrimiento que ha supuesto para muchas personas como él la actitud de indiferencia y odio de buena parte de nuestra sociedad.
La paz, un don de Dios
Del trabajo que se realizó en los grupos que se formaron para reflexionar sobre los ecos suscitados tras la escucha de los testimonios, se repitieron algunas ideas que recogieron los facilitadores. Esperanza, perdón, comprensión, ilusión, diálogo, escucha, paz, empatía, respeto o arrepentimiento fueron algunos de los términos más utilizados por los participantes.
En el acto oracional final, el obispo recordó la importancia de «acoger y dejar que actúe» este don de Dios.