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14.05.2013

Conferencias en San Bartolomé

Falta menos de una semana para que el nuevo templo de San Bartolomé de Leioa sea inaugurado. Este próximo domingo 26 de mayo, a las doce del mediodía, el obispo diocesano, monseñor Mario Iceta, presidirá la Eucaristía de “Dedicación” del nuevo templo en la Diócesis.

Hoy y mañana, los locales de la nueva parroquia acogerán sendas conferencias a cargo del presbítero Javier Oñate, que hoy ofrecerá una charla titulada “Templo nuevo, comunidad evangelizadora” y de los arquitectos Carlos Lázaro y Ángela Grijelmo, responsables de la ejecución de la obra, que junto con el presbítero Fernando Elorrieta hablarán mañana sobre “Templo nuevo, lugar de encuentro y celebración”. Ambas tendrán lugar a las 20 h.
Primera Piedra
El 18 de mayo de 2012, fue colocada la primera piedra  del nuevo templo de la parroquia de San Bartolomé, sita en Basaez (Leioa). La última iglesia construida en la Diócesis hasta esta fecha había sido la de Santa María Josefa, en Miribilla, el año 2008.
Durante cerca de cuarenta años, los oblatos fueron los responsables de atender la parroquia de San Bartolomé, en Leioa. Hace unos siete años, cesaron su actividad en la Diócesis. Al mismo tiempo, el nuevo ordenamiento urbanístico de la zona hizo que tuviera que derribarse el edificio, que a su vez albergaba un convento y una casa de formación. El ayuntamiento vio la necesidad de conformar un nuevo espacio urbanístico. La nueva Iglesia será el elemento fundamental que conforme el lugar, por su ubicación y su tamaño.
El proyecto del nuevo templo se redactó en 2007, pero “por razones de adecuación de los terrenos”, explican los responsables, “se ha retrasado hasta la actualidad”.
Arquitectura
El edificio se presenta como un único y concentrado cubo armónico que se esculpe funcionalmente “en dos volúmenes claros y rotundos: la Iglesia y los servicios parroquiales, articulados por un claustro exterior que ilumina y ordena las circulaciones de forma coherente”, explican los arquitectos Carlos Lázaro y Ángela Grijelmo.
El volumen principal del templo es un gran bloque de piedra blanca, de caras lisas y pulidas “que flota sobre la plaza”. Los arquitectos han dado especial importancia a la luz natural y su reverso nocturno, “como símbolo de esperanza”.