¿En qué se ha centrado la tarea del Campo de Trabajo?
Nuestra labor ha sido la de colaborar en las tareas cotidianas del Monasterio. Este año hemos estado podando los olivos de la zona de clausura. Y al mismo tiempo nos permitía desarrollar un ejercicio que iba orientado a qué aspectos de nuestra vida tenemos que podar, para seguir creciendo.
El espacio ha sido el mismo, pero la experiencia distinta. La razón es bien sencilla, porque las personas lo hacen diferente.
¿Los participantes se llevan buenas vibraciones?
Nos vamos con la sensación de haber aprovechado el tiempo al máximo y de seguir acompañando a personas presas en su proceso de inserción. Experiencias como éstas son necesarias para seguir tendiendo puentes entre la sociedad y las personas presas. Personas que están pagando su condena, pero que no quieren pagar otra condena por haber estado allí dentro. Es por eso que están trabajando en Bidesari, desde su responsabilidad para que ese cambio vaya cristalizando en su vida.
Desde luego el monasterio y sus inmediaciones invitan a la armonía
Ha sido una gozada compartir estos días juntos, porque el binomio personas con ganas de transformar sus vidas y personas voluntarias acompañando y despojándose de sus prejuicios y dedicando su tiempo de verano en un espacio solidario tiene mucha fuerza.
Solo se pueden sentir estas sensaciones cuando se vive. Y si además es en un lugar mágico como en Zenarruza, mejor imposible.
Es por ello que agradecemos un año más la apuesta que hacen los monjes de Zenarruza por apoyar a Bidesari y permitir acompañar en su peregrinación a personas que sueñan con vivir de otra manera.
A principios de semana las personas voluntarias realizaron una valoración de la experiencia. ¿Cuál fue su conclusión?
Nos dejaron varios mensajes que ilustran la intensidad de la vivencia:
“Ha sido una experiencia gratificante, donde hemos aprendido todos. Todo esto ha sido posible por el esfuerzo de las personas que salen de prisión queriendo cambiar de estilo de vida y un equipo educativo (de profesionales y voluntarios) que se comprometen al máximo. Ha sido muy bonito ver que con actividades tan sencillas y al alcance de cualquiera se puede disfrutar y aprender de una forma más saludable.” (Ibone)
“La verdad es que iba con expectación y ganas, y volví con fuerza renovada e ilusión por ver a personas privadas de libertad con ganas de cambiar de estilo de vida. Creo aun más en las segundas oportunidades. Me llevo la historia de 6 personas que están luchando por un cambio de vida. Ejemplos todos ellos de que el que quiere, puede. Y más con un recurso como Bidesari haciéndote de muleta.”(Miguel H.)
06.08.2014
“Una experiencia necesaria para tender puentes entre las personas presas y la sociedad”
Un año más el campo de trabajo de Bidesari, de Pastoral Penitenciaria, ha reunido a personas voluntarias y presas con la intención de vivir una experiencia que permite a los participantes ser conscientes de que hay otras formas de relacionarse y de disfrutar del ocio. El monasterio de los monjes cistercienses de Ziortza ha acogido, por sexto año consecutivo, a 6 personas que provenían de prisión. Una del centro penitenciario de Basauri y las otras cinco del de Araba. Miguel Yuste valora muy positivamente la experiencia.