25-11-2024 Lunes, XXXIV semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Portada 5 Los pobeñeses celebraron la “fiesta de la esperanza”
08.09.2011

Los pobeñeses celebraron la “fiesta de la esperanza”

El buen día animó a cientos de vecinos del barrio de Pobeña, en Muskiz, y de los pueblos colindantes, a participar en la procesión de la fiesta de Nuestra Señora del Socorro. La virgen lució sus mejores galas para la ocasión, ya que cada año le confeccionan un manto nuevo para el día de la procesión. Los porteadores trasladaron a la Virgen desde su emplazamiento habitual, en la ermita que lleva su nombre, hasta la parroquia de San Nicolás de Bari. La imagen permanecerá en la iglesia, como es tradición, hasta el primer domingo de octubre.

El tiempo acompañó a la procesión de la Virgen del Socorro que se celebra desde hace más de doscientos años en el barrio de Pobeña, en Muskiz. Los vecinos de la Zona Minera tienen una especial devoción a la virgen de los “navegantes” y así lo demostraron en la fiesta que se celebró ayer.
Tras la eucaristía presidida por el presbítero de Muskiz, Nestor Díaz, en la ermita del Socorro, abarrotada de fieles, los porteadores de la cuadrilla de Pobeña sacaron a la Virgen y bajaron las escaleras de la ermita con la imagen a cuestas. Presidieron la procesión el vicario general, Félix Alonso y el sacerdote encargado de las parroquias de Muskiz, Fernando Marcos. Animados por el sonido de los txistularis,  cientos de personas realizaron el recorrido desde la ermita hasta la parroquia de San Nicolás de Bari, en la que permanecerá la imagen hasta la celebración de Nuestra Señora del Rosario.
Alberto Loizaga y su mujer, Araceli Perez de Mezquia, acuden todos los años a la fiesta. Alberto la celebra desde pequeño, “porque soy de Urioste, en Ortuella, y mis padres me traían siempre a la procesión”. Recuerda, emocionándose, que la Virgen llevó durante algunos años las trenzas de una tía suya “que murió muy joven”. Su esposa, nacida en Las Arenas, ha vivido la fiesta desde hace más de 47 años “desde el año en que nos casamos”, explica. Araceli recuerda que mucha gente donaba diversos utensilios como cinturones, bolsas… para agradecer “alguna curación a la  Virgen”. Alberto habla con nostalgia de los años en los que aparcaban los carros de bueyes o las yeguas y caballos en la campa “donde hoy en día solo se ven coches”. “Entonces – prosigue- la fiesta se prolongaba hasta la noche”.
Visita a la residencia
Como todos los años, la procesión se detuvo en algunos lugares importantes del barrio. La primera parada la realizaron en la residencia de ancianos de Pobeña. Allí el vicario general, Félix Alonso, recordó a los mayores que «aunque hoy recibáis la visita de la virgen,  ella está con vosotros todos los días del año”. Se refirió también a la celebración del nacimiento de la Virgen como una “fiesta de la alegría”.
La última parada, antes de llegar a la parroquia, fue bajo las ventanas de varias vecinas, que continuando la tradición, vertieron pétalos de flores a la imagen. La misa mayor, presidida por el vicario general cerró los actos de la mañana.