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06.11.2009

Comunidades para renovar

El próximo domingo día 15 de noviembre se celebra el Día de la Iglesia Diocesana. El lema elegido este año para las diócesis de San Sebastián, Vitoria y Bilbao es: Comunidades para renovar–Elkarteak eraberritu. Se ha elaborado tomando como punto de referencia los respectivos Planes de Evangelización o las líneas pastorales de las tres diócesis. En la nuestra, la jornada llega en un tiempo en el que se está dando a conocer el IV Plan de Evangelización (IV PDE), y, tal como estaba previsto, el Día de la Iglesia Diocesana servirá para seguir divulgando el Plan. Se ha enviado a las parroquias un cartel, los subsidios litúrgicos y el pin que se ofreció el pasado año, está disponible en la Delegación de Apostolado Seglar en los locales de Barria, en la Plaza Nueva, de Bilbao, o en la Librería Diocesana.

En vísperas del Día de la Iglesia Diocesana, de modo similar al pasado año, habrá una charla que aborde un aspecto fundamental del actual IV PDE. En concreto, José Antonio Pagola ofrecerá el próximo viernes, día 13, en el Salón de Actos de la Parroquia del Carmen (Indautxu), una conferencia bajo el título «Volver a Jesucristo, urgencia en la Iglesia», en dos sesiones: a las cinco de la tarde y a las siete y media. La colecta del próximo domingo, día 15, se destinará del siguiente modo: dos tercios a la administración diocesana y el otro tercio para la vicaría, sector o unidad pastoral, según cómo proceda cada zona.
Con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, nuestros Obispos han escrito el  mensaje que a continuación reproducimos íntegramente:
MENSAJE PARA EL DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA
Queridos hermanos y hermanas.
1. La celebración del día de la Iglesia diocesana nos ofrece la ocasión para reflexionar sobre el gran don de haber sido engendrados, crecer y vivir en nuestra Iglesia diocesana. El Concilio Vaticano II, en el Decreto Christus Dominus, nos da una preciosa y profunda descripción de lo que es la Iglesia particular. Afirma que “la Diócesis es una porción del Pueblo de Dios que se confía a un Obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica” (ChrD, 11). Hemos sido, por tanto, congregados por Jesús en esta comunión de hermanos, que “presidida por el Obispo como principio y fundamento visible de unidad” (cfr. LG 23), acoge la Palabra de Dios como tierra fecunda, celebra la Eucaristía como fuente y cumbre de su vida y es enviada para servir a toda la humanidad como sal de la tierra y luz del mundo. De este modo, la Iglesia particular es formada a imagen de la Iglesia universal, quedando integrada en la una y única Iglesia católica (cfr. LG 23).
2. El soplo del Espíritu Santo se deja continuamente sentir en nuestra Iglesia diocesana. Es el Espíritu quien sostiene el ser y misión de la Iglesia, suscitando la variedad de carismas y ministerios y guiándola en las circunstancias y tiempos en los que transcurre su caminar. Nuestra Diócesis ha elaborado durante el curso pastoral precedente, el IV plan de Evangelización. Lo ha hecho en la escucha atenta a la Palabra de Dios y a las inspiraciones que el Espíritu ha suscitado en todos nosotros, y con la participación serena y generosa, en clima de oración y comunión, de tantos miembros e instituciones de la comunidad diocesana.
3. “Brille vuestra luz” (Mt 5, 16), es la llamada que abre este plan y que pretende recordarnos la misión fundamental de la Iglesia diocesana en medio de la sociedad y a lo que estamos llamados todos los cristianos en virtud de nuestra consagración bautismal. “Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo” (Mt 5, 13-14). Con humildad y agradecimiento, siendo conscientes de nuestras limitaciones y debilidades, queremos responder generosamente a esta llamada del Señor. Él comienza siempre en nosotros la obra buena y por eso tenemos también la confianza de que la llevará a término (cfr. Filip 1, 6).
4. Bien conocéis el objetivo fundamental de este IV Plan diocesano de Evangelización: “Revitalizar nuestras comunidades para la misión a la luz de la Palabra de Dios”. Os queremos invitar a que acojáis con esperanza y esfuerzo renovado esta invitación a remar de nuevo mar a dentro (cfr. Lc 5, 4) confiados en el envío del Señor: “Id y predicad a todas las gentes” (Mt 28, 19) y en su promesa, “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). La revitalización de nuestras comunidades pasa por la revitalización de nuestra propia vida y nuestro compromiso personal. Lo queremos hacer en la escucha cotidiana de la palabra de Dios, tanto a nivel personal y familiar, como a nivel comunitario en los diversos ámbitos diocesanos, grupos, comunidades, parroquias, centros de enseñanza, residencias, etc. Os entregamos este plan con ilusión y esperanza, pidiendo al Señor que sea un instrumento eficaz para reavivar nuestras comunidades y renovar en nosotros la ilusión por la evangelización y la misión.
5. Siendo discípulos veraces de Jesús podremos ser testigos creíbles del Evangelio y alumbrar así su luz a todas las personas y en todos los lugares y circunstancias en que nos encontremos. La sociedad de hoy necesita de la luz, la esperanza y el amor que el Señor ha venido a traer a la tierra. Siendo cierto que la caridad de Cristo nos urge, acojamos nuevamente con ilusión la llamada de Jesús a ser portadores de su vida a todos los lugares donde nuestros hermanos y hermanas necesitan ser reconfortados, acompañados e iluminados por Quien les ha amado sin medida y ha depositado en nosotros esta hermosa misión de hacerle presente, sobre todo con los que más sufren en su cuerpo o en su espíritu.
6. Agradezcamos a Dios el don de nuestra Iglesia diocesana. Comprometámonos en sus trabajos y fatigas  por hacer presente en nuestro pueblo el Reino de Dios. Ayudemos a nuestra Iglesia con nuestra colaboración personal en los ámbitos en que podamos aportar nuestra dedicación, nuestro tiempo, o nuestros talentos. Colaboremos con generosidad en su sostenimiento económico. Pidamos al Espíritu que nos aliente en el camino de entrega y fidelidad a todos los que formamos parte de este nuevo Pueblo de Dios, y roguemos al Dueño de la mies que suscite vocaciones en todos los ministerios y carismas que necesitamos. Queridos hermanos y hermanas, hoy estamos de fiesta. Es la fiesta de nuestra familia, de nuestra casa. Que la celebremos en espíritu fraterno, alegría, esperanza y paz. Que la Virgen de Begoña, Patrona de nuestra Diócesis, nos ayude a amar cada vez más intensamente a nuestra Iglesia y a participar activamente en su vida y su misión.
+ Ricardo Blázquez Pérez
Obispo de Bilbao
+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo Auxiliar de Bilbao